Hechos
Hechos constatados a lo largo de este caluroso verano: Andalucía ha logrado salvar sus principales proyectos de infraestructuras del tijeretazo aplicado por José Blanco en el Ministerio de Fomento, hasta el punto de que otros han considerado que se privilegia de esta forma a dicha comunidad frente a otras. Lo cierto es que este episodio ha puesto en evidencia la capacidad de influencia que aún se atesora aquí para conseguir logros significativos. Además, el turismo presenta a estas fechas excelentes resultados, a pesar de los malos augurios que lanzaban los agoreros de siempre. Para colmo, la temporada se ha visto culminada con la visita de Michelle Obama lo que ha supuesto un regalo promocional de nuestra tierra de incalculable valor. Y por si fuera poco, al menos hasta el día de hoy, afortunadamente, no ha habido que lamentar incendios forestales de gravedad por lo que determinados personajes, con su acostumbrada tendencia a la dramatización, no podrán exclamar aquello de que: "Andalucía arde por los cuatro costados". Eso sí, lo peor vino con las cifras del desempleo que registraban un alza, menos que en otros territorios, desde luego, rompiéndose así una tendencia a la baja que se mantenía desde tiempo atrás.
Claro que lo difícil llega ahora. Es lo de siempre por estas fechas. Se anuncia el consabido "otoño caliente", aunque, tal vez, más caliente que nunca, sobre todo, si se tiene en cuenta la convocatoria de huelga general realizada por UGT y CC OO. Los dirigentes sindicales venden muy cara una foto con los gobernantes andaluces en su estrategia de cargarse de razones para culminar con éxito la jornada de paro. Pero difícilmente van a encontrar en los integrantes del equipo de Griñán un frente añadido al que ya tienen abierto con el Ejecutivo de Zapatero a cuenta de la reforma laboral. A pesar de la confrontación lógica suscitada, nada hace pensar que en la Junta vayan a salirse de la hoja de ruta que marca el Acuerdo de Concertación suscrito apenas hace unos meses con sindicatos y patronal.
Y luego está el clima político, con un PP lo suficientemente henchido por las encuestas favorables hasta el punto de que les está resultando difícil contener la euforia. Por de pronto, se ven tan confiados que van de sobrados y rayando, incluso, el desprecio y hasta la falta de respeto al mismo presidente al que, tal vez, producto de una larga sobremesa de verano, a alguien se le ha ocurrido bautizar como "marqués de Griñán" . Y hasta se ríen de su propuesta forestal que va a movilizar cuantiosos recursos para las zonas rurales de Andalucía.
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