La Xunta acude a la justicia para que investigue el incendio de Fornelos
El Gobierno no logra aclarar las circunstancias de la muerte de dos brigadistas - Las llamas arrasan más de 500 hectáreas en el municipio coruñés de Negreira
El incendio de Fornelos de Montes que causó la muerte de dos brigadistas, el pasado viernes, fue intencionado, según las conclusiones del informe que la Xunta remitirá mañana al juzgado y que ayer fueron presentadas por los conselleiros de Medio Rural, Samuel Juárez, y de Presidencia, Alfonso Rueda. El fuego se inició en tres puntos distintos, muy próximos entre sí, y que se prendieron a la vez, "por tanto, con una clara intencionalidad en la acción", afirmó Juárez.
El documento que la Xunta remitirá al juzgado recuerda que en el municipio de Fornelos se produjeron 12 incendios entre el 23 de julio y el 13 de agosto, de los que dos se registraron en la parroquia de Oitavén los días 11 y 12. "Estos datos, sumados a la presumible intencionalidad de la acción y a la hora en que comenzó el incendio [en torno a las 22.30] hacen pensar en la acción de un incendiario como responsable último del fuego que acabó con las vidas de Julio Martínez y Rodrigo Amo", abundó Juárez.
Tanto el informe, elaborado por técnicos del Servizo de Defensa contra Incendios Forestais de Galicia, como los responsables del Gobierno en su comparecencia de ayer, enfatizan esa circunstancia de la intencionalidad y remiten las causas concretas de la muerte de los dos brigadistas a "un golpe de viento anormalmente intenso que hizo que las llamas los rodeasen, sin que tuvieran tiempo de recuperar la posición del resto de la brigada".
La brigada de Gondomar en la que figuraban Martínez y Amo, con otros cinco compañeros, fue la primera en llegar al fuego. El capataz que los comandaba dejó solos a los peones para ir al encuentro y señalar el camino a la motobomba destacada con el mismo objetivo. Los seis hombres, según las precisiones que se introdujeron ayer, combatían el fuego alineados en paralelo a una pista cuando el fatídico golpe de viento empujó las llamas, que rompieron la formación en dos mitades; próximo a Julio y Rodrigo estaba el conductor del coche en que habían ascendido al lugar y que salió corriendo para tratar de protegerlo en su aparcamiento: cuando volvió al lugar inicial, se percató de la ausencia de sus compañeros y lo comunicó a los demás.Tardaron más de una hora en encontrarlos, cadáveres. A 100 metros del punto de partida. "No tengo otra explicación para esa tardanza que las circunstancias imponderables de la acción en el monte, entre humo y llamas", afirmó Juárez, que mañana pedirá asimismo una comparecencia parlamentaria para explicar los extremos de esa trágica tarea de extinción.
Alfonso Rueda, por su parte, subrayó la necesidad de colaboración ciudadana y de unión social contra los incendiarios, a quienes de nuevo calificó como "asesinos en potencia". El Gobierno gallego ha cambiado el enfoque del problema con respecto al que mantenía como oposición en la histórica ola incendiaria de 2006, frente al bipartito. "Con nosotros no moría gente en los incendios, y con ellos, cuatro personas", llegó a denunciar, en 2007, el ahora presidente Feijóo, quien, lamentablemente, ya puede apuntar tres víctimas a la cuenta de su mandato.
La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, aseguró ayer, por lo demás, que la fiscalía "trabaja los 365 días del año para detener e inculpar" a los incendiarios y a todos los responsables de delitos medioambientales. Espinosa subrayó que las comunidades autónomas tienen "toda la colaboración" del Gobierno y que esta "existe y existirá siempre". "Cualquier incendio es dramático: cuando perdemos vidas humanas, como estos días, o cuando perdemos nuestra diversidad", puntualizó en otro momento durante una visita al ayuntamiento ourensano de A Rúa.
La asociación ecologista Adega renovó ayer, por su parte, las críticas a la Xunta por la "ocultación de información" sobre incendios, lo cual está causando inquietud en las poblaciones rurales y solo muestra "la incapacidad de los gobernantes", afirmó en un comunicado.
Adega recupera la justificación del presidente de la Xunta de esa desinformación como una manera de evitar el efecto llamada sobre los incendiarios, "como si los habitantes del medio rural", ironiza la asociación, "prendieran fuego para engordar conscientemente las estadísticas o figurar en los medios".
La asociación acusa al Gobierno gallego de "manipulación de las cifras" y "mentira sistemática" sobre la extensión y afección de los recientes incendios acaecidos en el Parque Natural do Xurés y en los Canóns do Sil. En el primero, según su cuenta, ardieron 200 hectáreas de "bosque y monte bajo de altísimo valor ecológico", y en el Sil, "otro espacio protegido arrasado", más de 400 hectáreas, que la Xunta limita a 180. La asociación critica el déficit en prevención y la supresión del voluntariado.
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