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"Campbell contó que Taylor le dio un enorme diamante"

Mia Farrow y la ex agente de la modelo contradicen su testimonio en La Haya

Isabel Ferrer

Naomi Campbell miente. Sí sabía que Charles Taylor, ex presidente de Liberia, acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad, le regaló en 1997 los diamantes sin tallar recibidos tras una cena organizada por Nelson Mandela, entonces presidente sudafricano. Con versiones distintas, pero no contradictorias entre sí, así lo declararon ayer la actriz Mia Farrow y Carole White, ex representante de la modelo británica, ante el Tribunal Especial para Sierra Leona.

"Campbell contó que le había ocurrido algo inolvidable. Unos enviados de Taylor le dieron un enorme diamante que pensaba donar a la Fundación Mandela", dijo Farrow a los jueces. "Naomi me señaló durante el ágape que Taylor quería regalarle unos diamantes. Flirtearon y se reían. Por la noche, unos emisarios trajeron un papel arrugado con cinco o seis diamantes. No brillaban, pero ninguna los habíamos visto antes en bruto", aseguró White. El pasado lunes, Campbell declaró en el mismo Tribunal que ignoraba la identidad del autor del presente.

"Durante la cena, Naomi y Taylor flirtearon y reían", dijo Carole White
Los 'diamantes de sangre' son una prueba contra el ex presidente liberiano

Así que cuando Mia Farrow repitió con una firmeza que contrastaba con su aspecto quebradizo que Naomi Campbell le dijo que "los enviados del diamante eran de Taylor", el caso dio un vuelco. Con problemas para recordar las fechas, la actriz no se dejó intimidar por la defensa. "Habla de un gran diamante. Campbell de varias piedras pequeñas. Ha pasado mucho tiempo. ¿No será que lo recuerda mal?", le preguntaron. "No. Solo puedo contar lo que recuerdo. Y Naomi dijo que era de Taylor. Me avergüenza admitir la poca información que tenía hace 13 años sobre el tráfico de diamantes, Liberia y esta parte de África. En su momento, no reparé en la importancia de lo ocurrido aquella noche en Sudáfrica", respondió la intérprete. También dijo que Graça Machel, esposa de Mandela, la apartó de Charles Taylor para que no la fotografiaran con él. "Este hombre no debería estar aquí", le susurró.

Para contrarrestar la mala imagen que ello daba de su cliente, la defensa de Taylor describió a Graça Machel como "la única mujer casada con dos presidentes africanos". "El primero, Samora Machel, lo fue de Mozambique. Machel y Mandela han pasado por la cárcel y han sido revolucionarios. ¿Le parece que podría incomodarse ante la presencia del recién elegido presidente de Liberia?". Farrow respondió sin resbalar en la duda sembrada: "Verá, solo sé que la señora Mandela me dio la sensación de no querer que Taylor estuviera allí".

El asiento de los testigos fue ocupado a continuación por Carole White, que llevó durante casi 20 años los asuntos de Naomi Campbell. Y entonces la defensa estalló. De Mia Farrow, el equipo de Taylor sugirió que le había prejuzgado. "Usted tiene la convicción de que Taylor, así como Omar el-Bashir, presidente de Sudán [acusado de genocidio por la Corte Penal Internacional] son culpables de antemano", dijeron. La actriz lo admitió sin rubor. A White, por el contrario, la llamaron embustera. "Dice que abrió la puerta del pabellón de invitados de la residencia de Mandela, de noche. Que no había guardias de seguridad y Naomi Campbell y usted misma recibieron a los enviados de Taylor con los diamantes. ¿Cómo es posible?", preguntó el letrado Courtenay Griffiths, que dirige la defensa del ex presidente liberiano. "Eso mismo pregunto yo", respondió White. Después fue aún peor. "Falta usted a la verdad, señora White. Tiene un pleito con Campbell por incumplimiento de contrato, y le conviene dejarla en mal lugar para recuperar unos 600.000 dólares. ¿No es cierto?". "No", contestó incómoda la agente de modelos.

Creado por la ONU para juzgar los crímenes cometidos durante la guerra civil que asoló el país entre 1991 y 2002, el Tribunal para Sierra Leona se ha convertido por unos días en un espacio donde planean los diamantes y las mentiras. También en un foro donde los jueces piden deletrear nombres de actrices y modelos famosas. Todos ellos poco asociados, en principio, con un proceso de estas características. O por utilizar el símil puesto por el abogado Griffiths, "gente que no sabía de la existencia del término diamantes de sangre hasta que Hollywood le prestó atención" (la película Diamante de sangre, protagonizada por Leonardo di Caprio, data de 2006). Pero las declaraciones de estos testigos, excepcionales a su manera, podrían cambiar el curso del proceso contra el antiguo mandatario liberiano.

Al menos así lo espera la fiscalía, que pretende demostrar que Taylor, de 62 años, financió al Frente Revolucionario Unido de Sierra Leona, entregándoles armamento y dinero a cambio de sus diamantes, y permitiéndoles que usaran Liberia como retaguardia. Los rebeldes de Sierra Leona cometieron toda clase de tropelías contra la población civil durante la guerra en ese país (1991-2002).

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