La fusión, cuestión de partidos
Las cajas vascas comparten que la adaptación de la ley abre otra oportunidad
"Si se quiere intentar algo serio, que sea antes de fin de año porque luego con las elecciones será muy complicado". La autoría de este pronóstico relativo a una hipotética fusión de las tres cajas vascas, sector donde ahora se comparte la viabilidad operativa de este proceso muy por encima del efecto desequilibrante de la compra de Cajasur por BBK, corresponde a uno de sus directivos. En su análisis, además, introduce una variable que se presupone determinante en esta lectura de situación y que pasa por el obligado protagonismo imputado a los partidos políticos en un escenario muy concreto: la adaptación autonómica en el Parlamento vasco de la nueva Ley de Cajas. Y todo ello en un plazo que no debería superar el medio año a partir de la vuelta a la actividad de la Cámara de Vitoria, en septiembre.
Las cajas descartan que el nuevo tamaño de BBK sea un inconveniente
Gobierno y PNV apoyan el proceso, pero el PP prefiere ir a otro modelo
Hacienda cree que la nueva legislación autonómica puede estar en seis meses
El 'lehendakari' tiene a Mario Fernández como un referente económico
Posiblemente en un decidido intento por actualizar el debate, el nuevo presidente de Caja Vital, el socialista Carlos Zapatero, no dudó en referirse a la necesidad de la fusión en la primera oportunidad de que dispuso. Hay, sin embargo, quienes apreciaron en su discurso un expreso reconocimiento al empeño de su antecesor, Gregorio Rojo, un aguerrido defensor de este proceso a quien la oportunidad política siempre jugó en contra de sus deseos.
En cualquier caso, a nadie se le escapa que fueron pronunciadas por una persona que llega al cargo procedente del Gobierno vasco, donde la fusión cajista se antoja "necesaria".
En BBK y Kutxa "no ha sorprendido" que se ha vuelva a hablar de fusión. En realidad, nunca dejó de hacerse aunque fuera en voz baja. Otra cosa es que Mario Fernández, a modo de incuestionable guía espiritual, aconsejara como estrategia dormir el proyecto, amparándose en la crisis económica que obligaba a las cajas a refugiarse en casa para hacer sus propios deberes. Y nadie rechistó, salvo Gregorio Rojo y con escaso eco. Hasta el propio lehendakari, Patxi López , metabolizó el mensaje y se refugió en la potestad de las cajas para decidir su futuro "cuando lo vean oportuno".
En el sector se admite ahora que esta situación durmiente toca a su fin. Para algunos ya lo hizo, en realidad, en el momento en que BBK adquirió Cajasur. Así lo creen, al menos, quienes siempre intuyeron el decidido pragmatismo de Fernández por "no perder más tiempo" con otro proceso político de fusión y encarar, de paso, un crecimiento de su músculo financiero lejos de Vizcaya. Conseguido este objetivo, y mientras digiere una compra de "efectos colaterales complicados", BBK no hace ascos a retomar el debate de la fusión en Euskadi. Es más, desde esta entidad se niega que su nuevo tamaño pueda ser "un inconveniente" para plantear las nuevas condiciones de una futura operación. "Nadie va a cuestionar la evidencia, pero también es verdad que el más fuerte tiene que ceder un poco más cuando se quiere llegar a un acuerdo", explican desde BBK.
Por tanto, ¿hay voluntad de ir hacia la fusión? En las tres cajas, sí. Fuentes de todas ellas lo admiten como un proceso "lógico" aunque la experiencia les aconseja a ser prudentes sobre el tempo a seguir. Eso sí, en esta ocasión dibujan un escenario diferente ya que trasladan directamente a los partidos la iniciativa del proceso. "Ahora hay una gran oportunidad porque hay que adaptar la Ley de Cajas ya que desde un punto de vista técnico, operativo, de gestión, tenemos muchas cosas avanzadas y no habría grandes problemas por nuestra parte".
En el Gobierno vasco suspiran porque el proceso se "encarrile". ¿Cuándo? El proceso de adaptación autonómica de la Ley de Cajas abre, a partir del nuevo curso parlamentario, un período idóneo para que la fusión tome cuerpo en las negociaciones entre los partidos. El Departamento de Economía y Hacienda entiende que la nueva normativa puede resolverse en el plazo de medio año, un margen suficiente para definir el futuro de las tres cajas. Cualquier dilación se topará con la refriega electoral de 2011, un marco nada propicio para abordar desapasionadamente este asunto.
¿Y los partidos? Entre las tres principales formaciones políticas no existe unanimidad. Eso sí, la abrumadora mayoría parlamentaria PNV-PSE respalda la fusión. En el PP, en cambio, voces muy ligadas a posicionamientos alavesistas entienden que este modelo diluye la "personalidad" de una caja y por eso abogan por "sistemas que están en el mercado y que permiten sumar sin dejar de tener tu propia esencia", reivindican.
Los jeltzales se sienten cómodos porque nunca han cambiado de posición ante un tema que se identifica con su ideario. Además, cualquier situación les favorece. Ahora porque dominan dos de las tres cajas y en Vital tienen capacidad de veto como bien saben los socialistas. Y en el futuro porque su cuota de representatividad les asegura el control en una dinámica de fusión. El PSE-EE, a su vez, se ha resituado. Atrás queda aquella numantina oposición a la fusión BBK-Kutxa, liderada por el hoy consejero Iñaki Arriola, que tanto indignó a Xabier de Irala y que marcó un punto de no retorno de éste con Patxi López. Hoy, ya todo es diferente: el lehendakari socialista tiene al actual presidente de BBK como uno de sus referentes económicos preferidos junto a Josu Jon Imaz. Y apoya la fusión.
La Kutxa afronta su renovación interna
Sin fecha fija en el calendario para una fusión, las tres cajas vascas acompasan con acierto su ritmo diario al fortalecimiento de su línea de gestión. A este modus operandi debe atribuirse el excelente resultado alcanzado por BBK y Kutxa, especialmente, y Vital en un peldaño inferior, durante las pruebas de resistencia ( stress test ) a las que se han sometido.
Este respaldo, en una coyuntura adversa, confirma la solidez de la estructura financiera de las tres entidades. Desde Kutxa, por ejemplo, se ha puesto especial acento en subrayar la calificación obtenida porque ayuda a despejar algunas dudas surgidas sobre la incidencia negativa de su anterior política de inversión urbanística. Y, sobre todo, la puntuación obtenida consolida la eficacia del Plan Bai, esbozado por el actual equipo directivo de Xabier Iturbe a partir del fracaso que supuso no haber sido capaces de sacar adelante la fusión con BBK. Considerada Kutxa la segunda mejor caja después de BBK, incluso podría considerarse líder si a la entidad vizcaína se le unieran los datos de su nueva marca, Cajasur. En tal favorable contexto, la caja dirigida por Xabier Iturbe no deja de proclamar su postura favorable a la fusión.
Con todo, Kutxa debe afrontar en un plazo aproximado de dos meses la renovación de mandato de compromisarios que coloreará, a buen seguro, un escenario de tintes abertzales muy significativo, dificultando en exceso el control del PNV y sus aliados. Podría ser un marco incómodo si no impera una voluntad negociadora. Además, este proceso vendrá a coincidir con el presumible debate en el Parlamento sobre la nueva Ley de Cajas y desde fuera un sector político advertirá de que también quiere decidir.
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