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La reestructuración financiera

Ordóñez entrega Cajasur a la BBK

La caja resultante será la séptima por activos y recibirá 392 millones del Estado por gestionar la entidad quebrada - La malagueña Unicaja pierde la subasta

Mario Fernández, presidente de la vizcaína Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) ha logrado su objetivo. El veterano banquero (ha trabajado en el BBV y después en el BBVA) está convencido de que el tamaño es un factor decisivo para el futuro en el sector financiero y ha vivido de cerca las fusiones. Por eso arriesgó y fue el que menos ayudas pidió para hacerse cargo de la quebrada Cajasur. Ayer, el Banco de España anunció que había elegido a BBK para traspasarle la gestión de la caja cordobesa, intervenida el 21 de mayo pasado, tras negarse a fusionarse con Unicaja.

El proceso de venta fue dirigido por el banco de inversión Nomura. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), responsable de la gestión, comunicó que la BBK había pedido en la subasta 392 millones a fondo perdido. Con este dinero, tendrá que hacer frente a los activos morosos que afloren en la entidad que estaba dirigida por la Iglesia católica.

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Su máximo rival, la malagueña Unicaja, pidió ayudas y financiación por unos 600 millones. Cajasur tiene 800 millones en su capital que pertenecen al FROB. Este dinero será devuelto al fondo, por lo que al contribuyente la quiebra de la entidad le costará 392 millones. Esta cifra es sensiblemente menor que la que pidió Unicaja cuando negociaba la fusión pactada con Cajasur. Entonces, la entidad presidida por Braulio Medel pidió 550 millones a fondo perdido y un préstamo de 450 millones. Este rescate ha costado mucho menos dinero que el de Caja Castilla La Mancha (CCM), que arrastra una factura de 3.775 millones y más de 15 meses de negociación. La agilidad ha venido por la aprobación del FROB.

La BBK y Cajasur formarán una entidad con activos de 48.000 millones, lo que la convertirá en la séptima caja de España. Con este capital llega al nivel de los casi 50.000 millones que el supervisor estableció como el adecuado para trabajar en el nuevo escenario macroeconómico. Como Cajasur llega sin capital, BBK le cederá parte del suyo. La entidad vasca tiene exceso de capital por lo que el grupo consolidado mantendrá los niveles adecuados: el core capital, capital de máxima categoría, es el 14,6% (el más alto del sistema) y la morosidad del 2,49% (de las más bajas) pese a la crisis.

Para el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, el proceso de subasta ha sido "rápido, transparente y competitivo", lo que "es bueno" y genera confianza en el sistema financiero. En su opinión, tras esta fusión y otras que se están llevando a cabo, se abre una etapa que "requerirá esfuerzo, tiempo, y que va a tener baches en el camino".

La BBK tiene un duro trabajo de reestructuración por delante. La entidad cordobesa pierde unos 40 millones al mes y en 2009 tuvo números rojos de 596 millones contra unos beneficios de 288 millones de BBK. Según los sindicatos, sobran unos 900 empleados. La reducción se podría hacer mediante prejubilaciones y bajas incentivadas. Algunas fuentes cifraron en más de 150 millones el coste de estas reducciones.

Las diferencias de plantilla son importantes: la entidad de Mario Fernández tiene 2.430 empleados para gestionar una entidad de casi 30.000 millones de activos. Cajasur, que es mucho más pequeña con 18.000 millones de activos, cuenta con 3.012 trabajadores. En cuanto al número de oficinas, BBK tiene 412 y la cordobesa 474. La BBK hará su compra mediante un banco, 100% de la caja, que integrará los activos y pasivos de Cajasur en Andalucía y quizá también los de la costa levantina. Las sucursales de la cordobesa que estén fuera de Andalucía pasarán a formar parte de la red de BBK.

Con esta fórmula, la entidad vasca puede ser la primera que utilice el real decreto ley y tendrá un banco filial con la mitad de su negocio. En el futuro podría traspasarle toda la actividad financiera e incluso cotizar en Bolsa, aunque comercialmente siempre se denominará caja.

La caja vizcaína dijo que "desde unos excelentes ratios de solvencia, BBK presentó un proyecto sólido y realista, que garantiza la viabilidad futura de Cajasur". Además, tras destacar que la caja andaluza tiene una cuota de mercado cercana al 46% en Córdoba y comprometerse a mantener su obra social en la región, añade que "BBK inicia con esta operación su objetivo de ganar tamaño sin renunciar a sus ratios".

La decisión del Banco de España ha causado una auténtica conmoción en Andalucía. Desde que los canónigos de Cajasur decidieran, no se sabe muy bien por qué, la noche del 21 de mayo pedir la intervención del Banco de España en lugar de preferir su fusión con Unicaja, se ha producido algo muy infrecuente en esta comunidad: el consenso de todos los partidos, sindicatos, empresarios y organizaciones sociales, sobre todo las de Córdoba, pidiendo al Banco de España que la entidad se quedara en Andalucía.

El varapalo para el Gobierno de José Antonio Griñán es, a decir de muchos, "brutal". Horas antes de que se conociera la decisión del Banco de España, el presidente andaluz dijo en Canal Sur Radio que la adjudicación de Cajasur a Unicaja "sería como restablecer el orden ilógicamente perturbado". Tras la decisión del FROB, la valoración vino del lado del imperturbable consejero de Economía andaluz, Antonio Ávila, quien mostró el "máximo respeto" por la decisión, aseguró que la noticia no es ni buena ni mala para Andalucía, sino "un hecho" y negó que supusiera "un fracaso" para el Ejecutivo andaluz.

De error en error

Muy alejado de esta opinión se situó el resto de interlocutores. Al contrario de lo que se esperaba, el líder del PP andaluz, Javier Arenas, mantuvo un tono comedido, acusó a Griñán de "ir de error en error" y lamentó que ni Unicaja ni Cajasol se hayan podido hacer cargo de Cajasur. Las dos entidades andaluzas habían intentado, forzadas por el Gobierno andaluz, presentar una oferta conjunta. Esta operación no fue posible por las dificultades financieras y económicas de casar ambos proyectos en apenas 10 días, pero también porque, sobre todo, la entidad que preside Braulio Medel estaba convencida de que su oferta era la mejor.

IU habló de "incapacidad e inutilidad" de Griñán en este proceso, mientras que los andalucistas también insistieron en la falta de peso político de Griñán en las esferas del Gobierno central.

Aunque sin salir a la palestra con nombres y apellidos, fuentes políticas y financieras andaluzas ligan la decisión de adjudicar Cajasur a la BBK a la necesidad de Zapatero de contar con el PNV, que tiene el control de la caja vasca, para sacar adelante los próximos Presupuestos. El que de manera más clara lo verbalizó fue el líder de CC OO de Andalucía, Francisco Carbonero, quien confío en que la adjudicación a la BBK "no sea a cambio" del apoyo del PNV al Gobierno central. Según varias fuentes, Griñán se ha movido todo lo que ha podido para que Cajasur se quedara en Andalucía, aunque según opinan algunos de manera tan "ostentosa" que ha sido contraproducente. Unicaja, que cosecha su tercer fracaso en una operación de fusión, emitió un comunicado, en el que considera que queda en una "posición óptima" para otras estrategias. El empeño de Griñán ahora es que Unicaja y Cajasol se unan.

Mario Fernández, presidente de la BBK, en una entrevista en julio de 2009.
Mario Fernández, presidente de la BBK, en una entrevista en julio de 2009.SANTOS CIRILO

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