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La reestructuración financiera

El Banco de España fuerza a la dirección de CAM a aceptar la fusión

El organismo supervisor lanza una amenaza velada a los directivos sobre su continuidad y asegura que no habrá ayudas para las cajas que sigan solas

El Banco de España dejó claro ayer a Caja Mediterráneo (CAM) que no tiene otra opción que continuar la alianza pactada a finales de mayo con Cajastur. Y le dio de plazo una semana, es decir hasta el próximo 24 de julio. El supervisor llegó incluso a realizar una amenaza velada de retirar de sus cargos a los dirigentes de la entidad sin intervenir la misma, señalaban ayer fuentes financieras. El Banco de España también subrayó que la autorización de fondos y el aval de la Unión Europea les concede poderes sobre los ejecutivos de la entidad, que no tiene marcha atrás. El supervisor dejó claro que no habrá ayudas para la caja si sigue en solitario.

Y es que, un mes y medio después de que Caja Mediterráneo (CAM), Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura anunciaran un pacto que podría crear la tercera caja de ahorros a través de una fusión fría, el acuerdo está en jaque. Cajastur dio ayer por roto el pacto para constituir un SIP (Sistema Institucional de Protección) ante la negativa de la CAM a que los poderes del nuevo consejero delegado, cargo previsto para el presidente de la entidad asturiana, Manuel Menéndez, sean irrevocables. Ante esta situación, el Banco de España convocó por la tarde a las cuatro cajas para tratar de resolver unas diferencias que el supervisor cree salvables.

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La reunión se produjo tras un cruce de declaraciones. "Los contratos se aprueban o se rechazan en su integridad, pero no por partes", señalaba ayer por la mañana un portavoz oficial de la caja asturiana. Con esta declaración, hacía explícita referencia al acuerdo adoptado el jueves por el Consejo de la CAM, que si bien ratificó su "decisión firme e inequívoca" de formar un SIP con las citadas entidades, también dejó claro que no está de acuerdo en la delegación de las facultades en el consejero delegado. La CAM esgrimió que "reafirma la necesidad de que la soberanía que ceden las cajas la reciba y administre el Consejo de Administración del banco y, a través de este, el consejero delegado". Cajastur dejó claro que el pronunciamiento "pone en peligro y al borde del fracaso" el pacto. La CAM, mientras, insistió ayer en su voluntad de formar el SIP y expresó su disposición a continuar negociando hasta alcanzar un acuerdo.

La delegación de todas las facultades en el consejero delegado ha sido el principal caballo de batalla entre la CAM y Cajastur en las negociaciones mantenidas durante las últimas semanas para cerrar los flecos del contrato de integración. Fuentes de la caja alicantina argumentan que la cesión de todos los poderes de forma irrevocable al consejero delegado no se recogía en el protocolo de intenciones ni tiene precedentes. Por el contrario, fuentes cercanas a la operación, conocedoras de la postura de Cajastur, defendieron que "los poderes del consejero delegado están explicitados ante el Banco de España".

Si la ruptura fuera irreversible, afectaría a los casi 1.500 millones de ayuda del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) concedidos a finales de junio para financiar la operación. El acuerdo inicial de creación del SIP prevé un banco participado en un 40% por la CAM -que prácticamente dobla los depósitos y activos de la asturiana-, otro 40% para Cajastur -una de las entidades más solventes del país-, en un 11% por Caja Extremadura y el 9% restante para Caja Cantabria.

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