Griñán culpa al Banco de España de la pérdida de Cajasur

Respeto, pero descontento. El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán (PSOE), aceptó ayer la decisión del Banco de España de adjudicar la intervenida Cajasur a la vasca BBK, pero admitió que "no es una buena noticia". Reconoció que ha primado el menor consumo de recursos públicos -392 millones de euros de la entidad vasca frente los "quinientos y pico" de la malagueña Unicaja para sanear la arruinada Cajasur-, pero aseguró que el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez sí podía haber apretado más a la entidad cordobesa en la recta final de la negociación con la entidad malagueña. "¿El Banco de España podía haber hecho algo más? Sí, y habría sido mejor, no se habrían utilizado recursos públicos, se habría quedado la caja en Andalucía, la obra social y ya estaría hecha la fusión", dijo.

Zapatero dice que la adjudicación de la caja andaluza es un buen resultado

El lehendakari, Patxi López, también socialista, se pronunció en términos totalmente opuestos al presidente de la Junta de Andalucía y destacó que la adjudicación a la BBK potencia su valor en un mundo financiero, "en el que el tamaño sí importa", y certifica que esta caja y las otras vascas están entre las más solventes de España. "Me parece una noticia muy positiva para Euskadi", afirmó.

Griñán, por su parte, ahondó en las responsabilidades de la situación actual. Por una parte, el supervisor: "El Banco de España podía haber conminado más a Cajasur para aceptar la fusión, el costo habría sido cero". También apuntó a la Iglesia católica cordobesa por su "discutible gestión" y su "incomprensible" petición al FROB para que la interviniera el pasado 21 de mayo. Desde ese mismo momento, Cajasur "dejó de ser andaluza" y las competencias de la Junta en la caja, suspendidas.

Griñán admitió que el vocerío de declaraciones públicas de los socialistas en favor de que Cajasur no perdiera su raíz andaluza fue una estrategia política "arriesgada" que ha asumido incluso con el coste de que se le acusara de carecer de peso político si fracasaba, como ha ocurrido.

El presidente andaluz entonó un mea culpa en cuanto a su empeño de que Unicaja y Cajasol presentaran una oferta conjunta en el proceso de adjudicación de Cajasur cuando apenas si había tiempo para casar una oferta con sentido común. Reconoció que directivos de las dos cajas le demostraron que, en este caso, la unión no hacía la fuerza.

El presidente de Unicaja, Braulio Medel, y de Cajasol, Antonio Pulido, telefonearon el jueves a Griñán para asegurar que iban a trabajar por la integración de las dos cajas. Unicaja y Cajasol son ya las dos únicas entidades que podrían sumar sus fuerzas para lograr la vieja aspiración socialista de una gran caja andaluza, operación que el líder socialista andaluz mantiene abierta a otras entidades de fuera de Andalucía. Otro de sus empeños es mantener los consensos políticos y sindicales.

El Gobierno andaluz tiene ahora que emitir un informe técnico sobre la venta a la BBK, sin valor vinculante alguno, pero que puede dar mucho que hablar porque va a incluir una parte sobre cómo será el tratamiento fiscal de Cajasur a partir de ahora. Para empezar, el Ejecutivo andaluz va a estudiar si en las ofertas presentadas por la caja cordobesa "ha habido influencia o no del régimen fiscal" del País Vasco, distinto al del resto de España y más beneficioso. Griñan dijo que va a pedir a la BBK que la entidad bancaria que va a crear para gestionar Cajasur se radique en Andalucía. Eso quiere decir que, si la BBK le hiciera caso, tendría que pagar sus impuestos aquí con un régimen fiscal distinto del que disfrutan las haciendas forales vascas.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también se refirió a la adjudicación de la caja andaluza a la vasca y consideró que la situación que ha vivido en los últimos meses Cajasur ha desembocado en un buen resultado. Zapatero lamentó que la situación de Cajasur haya estado ocho meses sin solución por el daño al sistema.