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Un maratón de ojos vigilan su barrio

El Fotomaratón 2010 recoge imágenes de las carencias de Aluche

Pablo de Llano Neira

Más de 3.000 golpes de cámara captaron durante el domingo 30 de mayo los puntos flacos de Aluche. Fotomaratón 2010 convocó a los vecinos a fotografiar las carencias del barrio. La segunda edición de esta convocatoria, que arrancó el año pasado, consistió en una competición de "fotodenuncia", según definen sus organizadores, para resaltar los aspectos de la zona que deben mejorar.

"Son problemas sutiles, como los baches, la falta de rampas para minusválidos o la saturación de los centros de día: hay mucha gente mayor y poco espacio; los viejecitos tienen que salir al parque a jugar al tute", detalla Francisco José Rubio, director del Fotomaratón, que organiza la Asociación de Vecinos de Aluche.

Los premios se dieron ayer por la tarde. La foto del ganador no tiene tanto que ver con la denuncia como con la estética urbana. Es una composición de sombras en la que se perfila sobre un suelo de cemento la figura de dos niños que juegan al balón. Su autor es Andrés Marín Garijo; el premio, 1.000 euros.

Las imágenes que se llevaron el segundo y el tercer premio tienen más fondo social. En segundo lugar quedó el trabajo de José Calderón Sánchez de Rojas: el primer plano de un pie negro, en chanclas, con el cartel de entrada de la estación de Aluche al fondo. "Alude a las redadas de la policía para pedir la documentación a inmigrantes", comenta Rubio. La tercera imagen premiada, de Daniel Fernández Méndez, comprime con un gran angular en contrapicado una escena austera en la que aparecen tres edificios; en uno de ellos, hay un lema pintado en un escaparate: "Aluche está sin civilizar".

También hubo un premio del jurado popular. Los vecinos de este barrio del distrito de Latina votaron por la foto de Juan José Agudo. De fondo, otra vez, el cartel de la estación. Pero en primer plano no hay un pie negro en chanclas. Está la melena rubia de una chica, dos ojos azules y una mano que descansa en el hombro de su novio. Dos instantes de un mismo barrio.

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