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Además de hombre de negocios, optimista vocacional y director de Rock in Rio, Roberto Medina, brasileño de 61 años, es un hombre de tradiciones. Desde 1985, cuando montó en Brasil "el festival más grande del mundo", cumple puntualmente con una rutina: recibir al público de su festival a las puertas del recinto. ¿Se imaginan al director del Viñarock, del Primavera Sound o del Festival de Benicàssim aplaudiendo y saludando a su público? Ayer, a las 19.05, Medina, "con algo en el estómago parecido a nervios", sonreía bajo un sol de justicia mientras los primeros asistentes entraban al festival corriendo bajo el gran logotipo. Fue la primera de las muchas curiosidades que escondía el primer día de los cinco de Rock in Rio. Tampoco el único secreto que Roberto Medina tiene entre manos.

Medina cumple puntualmente con una rutina: recibir al público

- El chamán de la felicidad. Se llama Adelaide Scritori, es brasileño, lleva años en nómina del festival y es lo más parecido a un brujo o chamán. De hecho, Roberto Medina lo llama El chamán. Entre sus poderes está que haga buen tiempo. Es decir, alejar la lluvia y que haga sol. "Yo no creo mucho en estas cosas", explica Medina, "pero nunca me ha fallado. Vi en el parte meteorológico que este domingo había previsión de nubes. Llamé a mi chamán y ya está arreglado. No sé cómo lo hace, pero lo hace". Scritori trabaja tan bien que hasta en la plaza de Las Ventas han requerido sus servicios. En la Feria de San Isidro llueve todos los años. Este no.

- La jefa de los camerinos. La brasileña Ingrid Berger quizá no tenga tanto poder sobrenatural, pero tiene mucho también. Alta, rubia y de ascendencia sueca, tiene la llave de todos los camerinos del festival. Si algo se cuece allí es porque Ingrid ha di

cho que sí. A ella fue a la que le llegaron las nueve hojas de Word en las que se detallaban lo que tenía que haber dentro de los seis camerinos que ha pedido la diva del rhythm and blues Rihanna. Entre ellas, algo de pollo, sopa y unos plátanos fritos.

- Sorpresas musicales. No estaban en el cartel de Rock in Rio, pero ayer aparecieron: el guitarrista Ariel Rot y el cantante Carlos Tarque (de M-Clan) acompañaron a Pereza en su concierto tocando una canción de Los Rodríguez, y Carlos Jean, tras una campaña de publicidad y una miniserie de vídeos, ayer pinchaba en la carpa de El Corte Inglés. Otra de las cosas que solo pueden ocurrir en Rock in Rio, por el eclecticismo de su cartel, es que la delicada cantante de pop Anni B. Sweet comparta camerinos con los rockeros Mägo de Oz, que sustituyó a última hora al cantante John Mayer. No consta que cruzasen ninguna conversación profunda. John Mayer no tocó por enfermedad.

- Seguridad. Cuenta Pablo Rodríguez (PP), alcalde de Arganda del Rey, donde se celebra el festival, que por una vez ha habido consenso con el PSOE. Los dos partidos han trabajado juntos (Delegación de Gobierno y Ayuntamiento) en la seguridad de Rock in Rio. Algo más de 500 agentes (incluso Guardia Civil de Medio Ambiente) velaban por la seguridad; incluso algunos revisaban las entradas, ya que se registraron algunos casos aislados de falsificaciones. El grupo favorito del alcalde de Arganda es Amy MacDonald.

- Mucha agua. Desde la gran fuente en el centro del recinto, hasta el stand de una marca telefónica que hacía de lavacoches donde podía entrar la gente previo mensaje de móvil, el agua fue elemento básico para sobrevivir al calor de las primeras horas. La tirolina que cruza las cabezas del público (¿cómo no se le había ocurrido antes a nadie?) o la noria gigante fueron las atracciones más concurridas y con más colas.

- La broma de Rock in Rio. Decía Andrés Calamaro, días antes de que se celebrase el festival, que hay alguien que falta en el cartel, donde hay más de 60 artistas: "El rey del rock, Miguel Ríos. Que el responsable del primer macroconcierto decente que hubo en España, Rock & Ríos, tocara en Rock in Rio hubiera sido un puntazo". Aunque ayer hubo algunos que estuvieron a su altura: Pereza y su arrollador concierto y el grupo favorito de Roberto Medina, Bon Jovi. "Verás qué directo tan potente tiene", decía el director al abrir el festival. Acertó.