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Crítica:Corrida de la Beneficencia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

...Y el capote subió a los cielos

Antonio Lorca

Inspiración, duende, aroma, esencia, hondura, gracia, armonía, inspiración... y solemnidad majestuosa. Mézclense con suavidad todos los ingredientes y solo así será posible entender cómo la magia se apoderó de la plaza, que quedó arrebatada con el toreo de capote que surgió de las muñecas artistas de los tres toreros. Entre los tres lo auparon a la gloria, y el público supo, palpó y tocó con los dedos la eternidad del toreo.

Permitan esta cursilada que no viene a decir más que Morante, Luque y Cayetano ofrecieron un concierto sinfónico del toreo de siempre, de ese que enamora y llega al alma, el que se convierte en un recuerdo imperecedero. Ya era hora de que se hiciera presente felicidad tan grandiosa después de tanto sufrimiento acumulado.

El público supo, palpó y tocó con los dedos la eternidad del toreo
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Todo comenzó en el tercero de la tarde. Tras el primer puyazo, Luque hizo un primoroso quite por chicuelinas ajustadas que levantaron los ánimos del público; tras un picotazo, Morante hace ademán de irse al centro del ruedo. Psss... Silencio en la plaza. Y el sevillano dibuja lentamente dos verónicas y una media que saben a gloria. En ese momento, el joven Luque toma una inteligente y arriesgadísima decisión, cual es desafiar al artista. Y lancea a la verónica maravillosamente. La plaza se ha convertido ya en una olla a presión. La magia está allí y la historia no ha terminado. Morante vuelve a la cara del toro ante la sorpresa de todos, y dibuja tres chicuelinas con las manos muy bajas que producen una conmoción. Y le responde Daniel Luque con otras del mismo tenor que en nada desmerecen a las anteriores. Cuando los dos toreros se acercan y estrechan sus manos, la plaza vibra de una emoción indescriptible. Eso es lo que suele ocurrir cuando el toreo es verdadero.

Psss... Que viene, que viene... Otra vez... Cuarto de la tarde, segundo de Morante de la Puebla: un quite por delantales personalísimo y una media tan larga y tan lenta que, no lo creerán, pero aún no ha terminado... Y Cayetano, que había sido convidado de piedra en la histórica secuencia ya vivida, toma aire, se engalla, alarga el cuello, mira al cielo y se va hacia el toro. Casi todo el capote sobre la arena, sólo acariciado con las yemas de los dedos de la mano derecha; lanza la montera para llamar la atención del toro, y ante la embestida alegre del animal, responde con una larga cambiada primorosa; cuando el toro vuelve, el torero le espera para torearlo por gaoneras, que brotan atropelladas, pero preñadas de pasión. Fue un destello precioso y conmovedor de este torero.

También la felicidad es agotadora. No están los cuerpos para tantas emociones, y hubo más, a cuentagotas, pero las hubo. El mismo Cayetano recibió a su primero, un becerrote que era un santo varón, con dos verónicas extraordinarias por el pitón izquierdo, hondas, cargadas de emotividad, que nacieron como carteles de toros. Morante hizo lo propio a la salida del cuarto, al que recibió por verónicas muy sentidas; y Luque, que no se arredró en ningún momento, también saludó a su lote con capotazos airosos y henchidos de sentimiento.

En fin, que fue la gloria del toreo de capote, ese que tanto escasea, ese que tanto emociona cuando un artista inspirado se deja llevar y lo eleva a los cielos.

El resto de lo que pasó importa poco. Fue toreo intermitente, sin más; lo de casi todas las tardes. Toros agotados, -a excepción del tercero-, con esa mezcla insulsa de nobleza y sosería que no les permite despegar.

No despegó Cayetano, muy despegado de sus toros, sin estar metido en faena. Se afanó con toda su alma Morante de la Puebla, valentón, entregado siempre, con detalles excelsos; y superó la prueba, su propia y personal prueba, un animoso Luque, que parece haber renacido tras la tarde aciaga del Domingo de Resurrección en esta plaza.

Lo más importante y lo trascendental es que, ayer, el toreo, por fin, subió a los cielos.

Daniel Luque, en el tercer toro de la tarde.
Daniel Luque, en el tercer toro de la tarde.ÁLVARO GARCÍA

La corrida de hoy

- Toros de Victoriano del Río. La ganadería favorita de las figuras comienza a resultar incómoda para algunos por su encastada y exigente embestida.

- José Pedro Prados, 'El Fundi'. El torero de Fuenlabrada hace su tercer paseíllo en Las Ventas.

Con dotes de lidiador experimentado ha pasado de puntillas por la feria.

- Miguel Ángel Perera. El diestro extremeño acepta la primera sustitución de José Tomás como tabla de salvación.

- Sebastián Castella. El matador galo ha pasado desapercibido en Madrid y Sevilla esta temporada. Entregado y con facilidad para llegar al tendido se le reprocha su gusto, en ocasiones sin sentido, por el toreo de cercanías.

- La corrida se retransmite por Canal + Eventos y Toros.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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