La mejor imagen de un río seco
El río Muga, que nace en el Pirineo y desemboca, 58 kilómetros después, en el Mediterráneo, en Castelló d'Empúries (Alt Empordà), es el centro de una pugna a tres bandas: Administración, regantes y asociaciones ecologistas. El meollo del enfrentamiento lo constituye una concesión de 23 hectómetros cúbicos, realizada en pleno franquismo, para regar 4.200 hectáreas de cultivos. Una presa, la de Pont de Molins (en la fotografía), se encarga de sacar el agua del río y distribuirla por los campos. Por ello, a partir de este punto, en verano el Muga baja seco. Los ecologistas piden que se mantenga el caudal ecológico del río, fijado en 2006; los payeses no aceptan grandes recortes, y mientras, la Agencia Catalana del Agua lleva años sin decidir qué hacer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.