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Reportaje:

La captación que seca el Muga

La Generalitat tolera una toma irregular que data del franquismo y que deja el río sin agua en verano - Los regantes extraen 23 hectómetros cúbicos al año

Rebeca Carranco

El río Muga se seca cada verano. Y ocurre a partir de Pont de Molins, donde hay una estación de captación de agua irregular. La usan los payeses para regar 4.200 hectáreas de plantaciones de fruta dulce, cereales y forraje. La presa funciona con un permiso de la etapa franquista que les permite extraer casi 23 hectómetros cúbicos (lo que equivale a 23 estadios de fútbol como el Santiago Bernabéu) y no respetar los caudales ambientales actuales (la cantidad de agua mínima que debe llevar el río para garantizar la vida en él).

Hace siete años los regantes de la margen izquierda solicitaron a la Agencia Catalana del Agua (ACA) que se regularizase su situación. Todavía no han obtenido respuesta. La asociación ecologista AEMS Ríos con Vida y la Sociedad de Pescadores Deportivos del Alt Empordà acusan a la ACA de actuar con desidia e ineficacia, y piden que se paralice la captación, por eso han acudido a los tribunales. La agencia asegura que las alegaciones a la concesión han retrasado los trámites. Y añade que, igualmente, no puede modificar la letra pequeña de un permiso que existe desde la etapa franquista.

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Encontrar la estación de captación es sencillo. Pasado el municipio de Pont de Molins, un pequeño camino de tierra conduce a la esclusa. Tras una cadenita de hierro, está el gran depósito desde el que se deriva el agua hacia las zonas de regadío. La infraestructura gigante de cemento tiene incluso un monumento al ingeniero de caminos, canales y puertos que la hizo, que "falleció en acto de servicio", según reza en él.

A través de la presa se da agua a la margen izquierda, sin tener en cuenta los caudales de mantenimiento actuales, fijados en 2006. Se basa en los de antaño, casi tres veces inferiores. La ACA lo sabe y permite la situación. "La implantación de los caudales requiere un proceso de armonización", justifica un portavoz. Y añade: "No hay suficiente agua para mantenerlos". La ACA da de margen hasta 2015 para cumplirlos. Para entonces, prevé que las mejoras en los sistemas de regadío y en la depuradora de Figueres permitan ahorrar entre cuatro y seis hectómetros cúbicos anuales. Mientras, parte del río seguirá seco en verano.

A los ecologistas les preocupa que el respeto de los caudales no se incluya en la concesión que se está cociendo porque así lo recoge un informe previo de un técnico de la Administración. "No hará falta recoger explícitamente en la resolución la obligación de respetar el régimen de caudales de mantenimiento", dice. La frase lamina el trabajo desarrollado hasta ahora por la agencia, que lucha para mantener los ríos con agua, con vida.

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"Ese informe sería suficiente para que destituyesen al técnico que lo ha redactado", lamentan ecologistas y pescadores. Fuentes de la ACA coinciden en la gravedad de que un técnico de la propia Administración considere que los caudales son secundarios. Un portavoz del organismo asegura que se incluirá la obligación de respetarlos en la concesión.

Los regantes de la margen izquierda del río consideran que si se aplican esos caudales, están acabados. "Nos sacarían del sistema", explica su presidente, Pere F. Planas. Y amenaza con denuncias si les obligan a hacerlo. Sobre la cantidad demandada, 22,56 hectómetros cúbicos anuales, no habrá problema. La ACA aseguró ayer a este periódico que dará a los regantes lo que piden. Planas niega que sea la captación lo que seca el río, ya que este "baja en verano con muy poca agua de forma natural".

Previsión para este año

Eso no significa que cada año se beneficien de ese volumen de agua. El río baja más caudaloso o menos según de la meteorología y, en función de eso, una comisión decide qué cantidad se puede destinar a regadío. La ACA prevé unos 13 hectómetros cúbicos para este año. Hace unos meses hablaban de 10 hectómetros. A los regantes les sigue pareciendo poco. "Solo nos da para el 25% de la superficie", asegura Planas.

El río Muga tiene más de 850 captaciones de agua que suman 9,7 hectómetros cúbicos anuales, más lo que se destina a regadío, que no está recogido en ningún sitio. La ciudad de Girona, por establecer una comparación, necesita 16,3 hectómetros para abastecer a casi 100.000 habitantes. La presión sobre el río es considerable. En opinión del zoólogo, especialista en aves y ex director del parque de los Aiguamolls de l'Empordà, Jordi Sargatal, no cabe duda de que las sequías que padece el Muga a partir de Pont de Molins se deben a la estación de captación de agua, y también al pantano de Boadella, ambos construidos en la etapa franquista, cuando la gestión del agua era muy distinta.

PERE DURAN

Cinco años de moratoria

La Agencia Catalana del Agua (ACA) será generosa con los regantes que se abastecen del río Muga. La ACA les concede cinco años para cumplir con los caudales ecológicos que exige el plan aprobado en 2006 por la Generalitat. Hasta entonces, la Administración les permitirá usar el río con reglas de hace cerca de 40 años. La ACA considera que en ese tiempo se van a tomar medidas y se van a hacer mejoras que devolverán entre cuatro y seis hectómetros cúbicos anuales. Entre ellas, la puesta en marcha de la depuradora de Figueres. La instalación servirá para garantizar hasta un 20% del agua que necesitan los regantes, según calcula la ACA.

La Administración hace hincapié también en las mejoras necesarias en los sistemas de riego y canalización. "La agencia colaborará, pero será necesario el impulso del Departamento de Agricultura", aseguró ayer la ACA. Los regantes de la margen izquierda ya avanzaron que no se harán cargo por "la insuficiencia de la tesorería de la comunidad".

Otro de los caballos de batalla serán los pasos para peces, que es uno de los requisitos que establece la Ley de Pesca, aprobada recientemente en el Parlamento. Los regantes se niegan también a costearlos: "Tendrá que ser la Administración la que lo financie". La comunidad riega 4.200 hectáreas de cultivos con el agua del Muga sin tener que pagar nada. Veinte hectómetros cúbicos de agua les saldrían por 2,4 millones, según la asociación ecologista AEMS Ríos con Vida.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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