_
_
_
_
_

Conciliador y poco dado al amiguismo

El elegido suscita el acuerdo generalizado en el sector

Son pocos los vinculados al mundo del arte que no conocen a Carlos Urroz (Madrid, 1966). Por su trabajo en la subdirección de Arco con Rosina Gómez-Baeza, en la galería Helga de Alvear o la sala de exposiciones de la Comunidad, en Alcalá 31.

Ha sido el ajo de casi todas las sopas artísticas que se han cocido dentro y fuera de este país durante los últimos treinta años. Conciliador y poco dado al amiguismo, Urroz se presenta como la última posibilidad de salvar una feria que agoniza.

Más información
"Peor no me podía encontrar Arco"
Arco 2011 (versión reducida)

Pocos minutos después de conocer que había sido el elegido, Urroz declaraba que era el momento de ponerse a trabajar. La elección de un comité asesor es su primer objetivo. No parece que tenga problemas de colaboración, porque las opiniones de los galeristas eran unánimes a favor del nuevo responsable.

"Hay que dejar de hablar y echar todas las manos posibles para que la feria se recupere", decía ayer Juana de Aizpuru, inventora y ex directora de Arco y presencia imprescindible en las ferias de todo el mundo.

Junto a ese comité, tendrá que dar a conocer en breve las bases de la cita, escoger a los participantes y reconstruir la presencia internacional. Su dominio de seis idiomas y el tratar de tú a tú a los grandes coleccionistas le va a facilitar, sin duda, el difícil reto al que ha aceptado enfrentarse.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_