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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Puntualización

Con la publicación de Israel, un error ya consumado de Salvador Pániker en los días de conmemoración del aniversario de la independencia de Israel (21 abril), EL PAÍS da un salto cualitativo en su posicionamiento antiisraelí al abrir sus páginas a un artículo cuyo objetivo único es la deslegitimación del Estado de Israel y la negación del derecho de los judíos a tener un Estado. Además, recurre a razonamientos y argumentos de la judeofobia clásica, pero en estas breves líneas no voy a ocuparme de ello.

La puesta en cuestión del derecho de Israel a existir comienza en el título — "un error consumado"— para continuar diciendo que se trata de "un problema, pues, fundacional", de un "Estado-nación artificial que sólo ha generado desgracias desde su nacimiento" y de "un error histórico".

Al autor (o a su diario), ¿se les ocurriría publicar un artículo que ponga en cuestión el derecho a existir de algún otro Estado? Una vez que asume como irremediable su establecimiento, dice que debería haberse comportado "con humildad y moderación" (¡!) y le culpa de las malas relaciones entre Occidente y el islam.

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Lo de responsabilizar a Israel (¿los judíos?) de todos los males suena a déjà vu.

Habla de los grandes nombres judíos de la diáspora, premios Nobel, etcétera, pero calla que Israel, ese Estado "que sólo ha generado desgracias" sigue contribuyendo al progreso de la ciencia, la medicina, la tecnología, el pensamiento y la cultura. Israel es el país con el índice de patentes médicas, científicas y tecnológicas más alto del mundo. Entre los pensadores y escritores más destacados de las últimas décadas encontramos importantes figuras israelíes, y en los ocho últimos años cinco israelíes han obtenido el Premio Nobel.

El problema de la obsesión antiisraelí es que genera monstruos. Monstruos intelectuales y distorsiones perversas.

Este mundo nuestro ha entrado en el siglo XXI con una gran cantidad de conflictos y situaciones injustas, desde el genocidio de Darfur al hambre en África, que vienen arrastrándose desde hace décadas y que nadie, ni la ONU, ni la Unión Europea, ni Estados Unidos, ni tan siquiera Salvador Pániker han podido resolver.

Pero si el conflicto palestino-israelí no ha llegado a resolverse aún, no se debe a su complejidad, responsabilidades de ambas partes, etcétera. No. Es culpa "del poder que tiene en América el lobby israelí". Otro déjà vu

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