Los inversores sentencian a Grecia
La rentabilidad de los bonos supera el 10% ante la perspectiva de que el país heleno no podrá hacer frente a la deuda - Bruselas eleva al 13,6% el déficit de 2009
Grecia sufrió ayer un nuevo castigo de los mercados tras conocerse la tercera revisión al alza de sus cifras de déficit público en tan sólo seis meses. Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea, elevó la cifra del déficit griego de 2009 hasta el 13,6% del producto interior bruto (PIB), frente al 12,9% establecido hace unas semanas, y advirtió que aún puede haber otra revisión al alza. Los efectos de la comunicación de estos datos provocaron una caída de los valores de la deuda griega y un encarecimiento de su financiación. La rentabilidad del bono a 10 años se situó en el 8,78%, lo que supone que los griegos deberán pagar 5,73 puntos porcentuales más de interés que los alemanes para colocar su deuda en los mercados.
Moody's rebaja la calificación de la deuda griega tras el mayor déficit
La CE advierte que la revisión aún puede empeorar las cifras griegas
Fuertes caídas en las Bolsas por el temor al contagio de la crisis
El castigo alcanza a Irlanda, Portugal y, en menor grado, a España
Igualmente, el coste del bono a dos años se disparó hasta superar la barrera del 10%, marcando un máximo del 10,1%, frente el 0,86% del bono alemán. Normalmente, los tipos a plazos más largos son superiores. En este caso, se ha invertido la curva de tipos, un síntoma más de que los inversores creen que Grecia no podrá hacer frente a su deuda y que quizá, incluso con el rescate europeo y del Fondo Monetario Internacional (FMI), no pueda evitar una reestructuración o una moratoria. Los seguros contra el impago de deuda (CDS) griega también se dispararon hasta niveles récord.
El enésimo agravamiento de la crisis tuvo un rápido efecto de contagio, elevando los diferenciales con respecto al bono alemán a 10 años en otros países. La rentabilidad de los títulos de Portugal subió 18 puntos básicos (100 puntos básicos son un punto porcentual) hasta el 4,92%, con un diferencial de 187 puntos básicos frente a Alemania. Irlanda -cuyas cifras finales arrojan un déficit superior al griego en 2009 por el apoyo a su sector financiero- sufrió un castigo similar al portugués y situó su prima de riesgo en 172 puntos básicos. En España el contagio fue menor, pero el aumento del 3,86% al 3,93% en la rentabilidad del bono situó la prima de riesgo con Alemania en 88 puntos básicos. El euro cayó hasta 1,331 dólares. Las Bolsas también sufrieron fuertes pérdidas, sobre todo las periféricas.
El clima de crisis fue certificado posteriormente por la agencia de calificación Moody's, que rebajó la valoración de la deuda soberana griega hasta el nivel A3 desde A2 en que la había situado en diciembre pasado. La agencia no descartó futuras revisiones a menos que las actuaciones del Gobierno en el Programa de Estabilidad devuelvan la confianza.
Los datos de Eurostat suponen una lluvia sobre un terreno empapado de malas noticias en un momento muy delicado para Atenas, que acaba de iniciar negociaciones con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI para fijar un sistema de ayuda.
Las dificultades de financiación de Grecia se iniciaron en octubre pasado, cuando el Gobierno socialista griego de Yorgos Papandreu efectuó una primera revisión de las cuentas públicas pocos días después de llegar al poder. Papandreu desveló que el déficit público real en su país era del 12,7% y no del 3,7%, como había cifrado el anterior Gobierno conservador de Kostas Karamanlis.
El efecto inmediato fue una degradación de su deuda por las agencias Fitch, Standard & Poor's y Moody's. La inesperada crisis de la deuda en Dubai en noviembre provocó una amplia desestabilización en los mercados agravando de manera muy intensa la situación de Grecia, que vio cómo se disparaba su diferencial con respecto al bono alemán desde menos de 100 puntos básicos en octubre a más de 400 en enero y hasta los 573 de ayer.
Las autoridades griegas tuvieron que reconocer posteriormente que el déficit real de 2009 era del 12,9%. Lo peor es que la cuestión no queda aquí. En su comunicación, Eurostat "expresa una reserva sobre la calidad de los datos declarados por Grecia, debido a ciertas incertidumbres sobre el superávit de las cajas de la seguridad social para 2009, la clasificación de ciertos organismos públicos y sobre el registro de operaciones con swaps fuera de los tipos de mercado", que ayudaron a camuflar parte de la deuda.
El impacto de esta investigación en curso podría suponer "una revisión para el año 2009 del 0,3 a 0,5 puntos en 2009", según los estadísticos de la Comisión. Eurostat señala también que la deuda pública, cifrada en el 115,1% del PIB, podría registrar un aumento de 5 a 7 puntos a consecuencia de la futura revisión.
El aumento de los datos del déficit no implica un cambio en el compromiso de Atenas de reducir el déficit público en cuatro puntos porcentuales durante 2010, con independencia de la cifra que se tome como punto de partida. Sin embargo, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, subrayó "la urgencia de intensificar los preparativos para reformas estructurales adicionales para los próximos años", en un comunicado emitido desde Washington donde asiste a la reunión del FMI. En este sentido, el FMI está satisfecho con el programa de reformas para este año, pero no para 2011 y 2012. Quiere más ajustes en los dos próximos años, según fuentes del Fondo.
Los datos de Eurostat indican que el déficit público de la zona euro y en la UE alcanzaron, respectivamente, el 6,3% y el 6,8% en 2009. La deuda se situó en el 78,7% en la zona euro y en el 73,6% en el conjunto de los Veintisiete. En España el déficit ascendió al 11,2% y la deuda al 53,2%.
El Gobierno de Atenas anunció ayer que ya había adoptado medidas "hasta el 6% del PIB, para lograr los objetivos comprometidos, y que está avanzando rápidamente en la aplicación de los cambios estructurales previstos". El Ministerio de Finanzas aseguró que "restaurar la transparencia y la fiabilidad de las estadísticas griegas es una obligación hacia nuestros ciudadanos y una prioridad fundamental del Gobierno". El Gobierno griego se encuentra atrapado entre la presión de sus ciudadanos, que creen que los recortes anunciados son excesivos -ayer hubo una nueva huelga de funcionarios-, y la de los mercados, que exigen medidas adicionales para conceder un respiro.
Grecia preocupa también al otro lado del Atlántico. El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, aseguro ayer que la situación fiscal griega es "sumamente grave", especialmente tras las revisiones al alza del endeudamiento griego. "Eso no ayuda porque la situación de partida es aún algo peor de lo esperado, pero el plan aprobado por la Unión Europea con la participación del FMI sigue en marcha, aunque con cierto retraso".
Strauss-Kahn dejó claro que el Fondo "no está involucrado en el debate financiero [en el mecanismo de solución de la crisis] y sólo presta asistencia técnica". Habitualmente, en cualquier otro país lo más probable es que el FMI exigiera una reestructuración de la deuda para dar créditos en condiciones favorables. Pero Grecia pertenece a la eurozona, y Strauss-Kahn y los ejecutivos del Fondo pisan terreno desconocido. "No estamos trabajando en un plan de reestructuración de la deuda griega", aclaró. Y destacó que el Fondo "no ve la necesidad de focalizar los esfuerzos en ningún otro país más allá de Grecia", a pesar del contagio que empieza a afectar a Portugal, Irlanda y, en menor medida, a España. Eso sí, no ve la necesidad "por ahora", dijo ante la posibilidad de que las cosas se compliquen. "El ciudadano griego puede que sea reticente a este tipo de esfuerzos, pero no hay una varita mágica y las medidas que piden tanto la UE como el FMI se basan en encontrar una fórmula para volver a encarrilar las cosas", aseguró Strauss-Kahn.
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