El cielo se entreabre
Los aeropuertos catalanes reabrieron a las 15.30 tras siete horas cerrados - Muchos viajeros buscan alternativas en el taxi, los trenes o los autocares
El cierre de los aeropuertos catalanes durante siete horas agrandó ayer el rosario de problemas que viven los viajeros por culpa de la nube de cenizas. Los aeropuertos se reabrieron al tráfico a las 15.30 horas, pero ello no supuso que los aviones volvieran a surcar el cielo de inmediato. En Reus y Girona no lo harán hasta hoy, y en Barcelona no se empezó a alcanzar cierta normalidad hasta las ocho de la tarde. AENA calculaba que durante lo que quedaba del día podrían realizarse 120 operaciones a destinos donde el espacio aéreo no está cerrado, como el resto de la Península, Portugal y algunas ciudades de Italia y África. El cierre afectó a 40.000 pasajeros y a 400 vuelos.
Pese a las recomendaciones de los directivos del aeropuerto de no acercarse a las instalaciones, los pasajeros se aglomeraron en largas colas esperando una solución y pidiendo información sobre cuándo podrían llegar a sus destinos. La mayoría se esforzaron en encontrar alternativas. Llegaron a pagarse largas carreras de taxi con destino a Londres y Bélgica. El sábado, unos viajeros contrataron un viaje a Estocolmo. Otros fueron a la estación de Sants, al puerto de Barcelona y en busca de autocares, pero las compañías de transporte por carretera tenían dificultades para encontrar conductores y dar nuevos servicios.
En el aeropuerto barcelonés un gran círculo de niños acampaba desde primera hora de la mañana en el suelo de la zona de facturación de la T-1. Vestidos con la camiseta y la gorra del colegio, y con las maletas y las mochilas aparcadas, 45 alumnos y 4 profesoras de un colegio de Lanzarote esperaban impacientes por volver a casa. Sus teléfonos móviles (todos tenían uno) sonaban sin parar. Eran los padres deseosos de conocer si los menores podrían volver a sus domicilios. "Estamos cansados y tal vez nos quedemos una noche más en Barcelona, ¿qué podemos hacer si no?", decía Alberto. "Nos sentimos atrapadas y con los niños a cuestas", decía Loli, una de las profesoras. "Nadie nos dice nada y no sabemos si tendremos que buscar un hotel para todos los niños".
Muchos viajeros intentaban buscar una alternativa al avión. José Miguel y Toñi debían coger un vuelo a Menorca a las 12.00. "Cuando nos enteramos de que el aeropuerto cerraba, nos apresuramos a reservar billetes para viajar en ferry este lunes". Abatidos por el cansancio (llevaban desde las ocho de la mañana dando tumbos para buscar una solución), explicaban resignados que la compañía con la que volaban no les daba "ninguna solución" y que para poder llegar a su casa habían gastado "unos 600 euros extras entre la compra de billetes nuevos, las comidas de otro día más y pagar un sitio para dormir".
Más de 500 cancelaciones
- Los aeropuertos catalanes reabrieron a las 15.30 horas después de estar cerrados siete horas desde la mañana. El Prat canceló 400 vuelos de llegada y salida; Girona Costa-Brava, 108; Reus, 18, y Alguaire, los que tenía previstos a Bérgamo y Palma.
- 40.000 pasajeros afectados en El Prat
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