Un volcán paraliza la aviación europea
Más de 5.000 vuelos cancelados en el norte del continente por una nube de ceniza del Eyjafjalla, en Islandia - La mayoría de las pistas estarán cerradas durante 48 horas
La aviación europea puede verse afectada durante otras 48 horas, o quizás varios días, por la nube de ceniza procedente de la erupción de un volcán en Islandia, bajo un glaciar de nombre impronunciable, el Eyjafjalla. Irlanda y Reino Unido cerraron sus espacios aéreos de manera escalonada desde primera hora de la mañana de ayer. A medida que pasaban las horas se fueron tomando medidas semejantes en Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, el norte de Francia y Polonia. Alemania y Rusia se pusieron en alerta.
El caos afectó a muchos otros países, incluida España, aunque sin llegar hasta el extremo de cerrar sus aeropuertos. La crisis ha sido de una magnitud mucho mayor de la sucedida tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, que llevó a países como Reino Unido a suspender todos los vuelos como medida de precaución.
El fenómeno ha afectado a la aviación de una docena de países
La crisis ha sido de una magnitud mayor que la que provocó el 11-S
Se trata de la segunda erupción del Eyjafjalla desde el 20 de marzo
Las cenizas no suponen una amenaza para la salud
La nube de ceniza, situada a entre 5.500 y 11.000 metros de altitud, no representa en estos momentos un problema de salud para la población porque la ceniza llegará al suelo de forma muy diseminada y escalonada. Pero supone una amenaza mayúscula para la aviación, porque las partículas flotantes pueden dañar el fuselaje de los aparatos y, sobre todo, bloquear los reactores. Así ocurrió el 24 de junio de 1982, cuando un Boeing 747 de British Airways que sobrevolaba el volcán Mount Galunggung, en Indonesia, sin saber que estaba en erupción, sufrió durante varios minutos el bloqueo de sus cuatro reactores, aunque finalmente los pilotos pudieron volverlos a poner en marcha y aterrizar sin problemas.
La duración del bloqueo aéreo en Europa es una incógnita. Las autoridades británicas lo mantendrán al menos hasta las siete de la mañana de hoy, pero algunos expertos creen que, dada la lentitud a la que se mueve la nube, el problema puede durar 48 horas o más. Eso dependerá de tres factores combinados: que el volcán deje de expulsar ceniza, la dirección del viento y su velocidad.
"Da la impresión de que el volcán está calmándose, pero es sólo una impresión a partir tan sólo de la observación de las cámaras con las que se está controlando el volcán", asegura a este diario el doctor Matthew Watson, profesor de Peligros Geofísicos Naturales del Departamento de Ciencias Terrestres de la Universidad de Bristol. Aunque el volcán, que llevaba casi 200 años dormido, puede seguir activo durante meses, "es importante tener en cuenta que este tipo de erupciones normalmente suelen parar con mucha rapidez y la erupción como tal suele durar sólo unas pocas horas", añade el experto.
El Eyjafjalla entró en erupción el 20 de marzo, sin consecuencias para la aviación. Pero el miércoles hubo una segunda erupción, 10 veces más potente que la primera, que es la que ha provocado la nube de cenizas en suspensión. "En la erupción inicial lo que sale del volcán es sobre todo fuego, provocando esas espectaculares cortinas de fuego. Pero después de una erupción como esa pueden venir otras mucho mayores, que en lugar de expulsar fuego expulsan ceniza, aunque no suelen durar mucho", explica Watson. "Normalmente, la ceniza no es peligrosa para la gente porque apenas llega a caer a la tierra y cuando llega es muy fina. En todo caso lo más probable es que pase por encima de Reino Unido sin llegar a posarse en el suelo".
Pero no siempre es así. En 1783, la erupción de otro volcán en Islandia, el Laki, provocó una enorme nube de ceniza y gases sulfurosos que provocó un drástico aumento de la tasa de mortalidad en varios países. Expertos consultados por Reuters en Oslo señalaron que, pese a los problemas causados a la aviación, la erupción del volcán Eyjafjalla es relativamente pequeña si se compara con la de volcanes como el Pinatubo, en Filipinas, que en 1991 provocó una nube de tal densidad que se estima que ayudó a moderar el calentamiento de la tierra, según Olav Hygen, investigador climático del Instituto de Meteorología de Noruega.
Paradójicamente, las noticias sobre la nube de ceniza procedente de Islandia llegaron a Reino Unido en un día de radiante sol primaveral en el conjunto del país. Pero los expertos advirtieron que la nube no es visible desde la tierra debido a que está situada a gran altitud.
El cierre del espacio aéreo británico provocó el caos en el transporte en un país particularmente castigado por las nevadas este invierno y afectado también por una larga huelga del personal de cabina de British Airways en marzo.
Las autoridades pidieron a los usuarios que no se desplazaran a los aeropuertos porque los vuelos se mantendrían cancelados durante todo el día. El caos provocó anécdotas de todo tipo, como la del hombre de negocios que se vio bloqueado en el City Airport de Belfast (Irlanda del Norte), cogió un taxi y le dijo al taxista: "A Londres, por favor". Según la BBC, el taxista logró embarcar en un transbordador con destino a Inglaterra, aunque se desconoce el precio final del trayecto hasta Londres.
Gases de sulfuro
- La nube de cenizas está formada por finísimas partículas de roca.
- Contiene dióxido sulfúrico. Las erupciones que contienen gases de sulfuro empiezan a expandirse al alcanzar la boca del volcán.
- Los gases que llegan a la estratosfera pueden perdurar de 12 a 14 meses.
- Las cenizas volcánicas son altamente abrasivas y pueden parar los motores de un avión. Además, absorben fácilmente el agua, lo que puede causar cortocircuitos.
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