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Reportaje:LIBROS / Reportaje

Clásicos en la batidora

Carmen Mañana

Qué pensaría Jane Austen si supiera que un estadounidense -Seth Grahame-Smith- ha reescrito su novela Orgullo y prejuicio en versión zombi? ¿Cómo reaccionaría ante la conversión de su heroína, Elizabeth Bennet, en asesina de seres del averno? Quizá se revolvería en su tumba, y hasta se levantaría, convirtiéndose ella misma en muerta viviente, para ajustar cuentas. O tal vez, como asegura y espera el autor norteamericano, "tendría sentido del humor de sobra para reírse de todo". Sea como fuere, Orgullo y prejuicio y zombis (Umbriel), que así se llama la obra de Grahame-Smith, se ha convertido en un pequeño fenómeno literario. Fue el tercer libro de ficción más vendido en Estados Unidos durante varias semanas, según el listado de The New York Times; Natalie Portman va a protagonizar su adaptación al cine, y lo más importante, ha espoleado una nueva tendencia literaria. No, no se trata simplemente de versionar a los clásicos, algo tan antiguo como la literatura misma, sino de hacerlo a medio camino entre la parodia y la gamberrada. La receta: mezclar obras cumbre con elementos de ciencia-ficción o terror. Un ejercicio que los estadounidenses han bautizado como mash up (batiburrillo). Así, los zombis se han mezclado con Bernarda Alba y sus hijas, Huckleberry Finn o el Lazarillo de Tormes; y criaturas marinas enamoran a las protagonistas de Sentido y sensibilidad. Nadie se salva. Incluso Hamlet es revisado en formato Facebook. "Puede que muchos consideren estos libros un sacrilegio literario. Pero el valor del sacrilegio es un atractivo en sí mismo", apunta Eduardo Hojman, editor de Umbriel. Antes, grandes de la literatura, de Dante a Molière, ya mezclaron lo sublime con lo esperpéntico. Pero aquellos ejercicios no admiten comparación con este nuevo fenómeno.

Orgullo y prejuicio y zombisnació en una hoja de libreta. El editor de Quirk Books Jason Rekulak colocó en una columna grandes clásicos y en otra, subgéneros, como robots, piratas, indios... "Al unir Orgullo y prejuicio con zombis resultó un titular tan atractivo que decidí que había que buscar a alguien que escribiese una novela para él", recuerda Rekulak. El encargo recayó en Grahame-Smith que, como él mismo reconoce, no había sido capaz de terminar la novela de Austen en el instituto. No le quedó más remedio que leerla antes de versionarla. "Teníamos miedo de que a los fans de Austen les pareciese un sacrilegio, y a los amantes de los zombis, una cursilada. Al fin y al cabo, era coger algo casi sagrado y hacer una broma con ello", cuenta Rekulak. Pero el mash up triunfó. Tanto que Grahame-Smith fue fichado por Grand Central, perteneciente a Hachette, que le ofreció un adelanto de medio millón de dólares (más de 350.000 euros) por su siguiente novela, Abraham Lincoln: vampire hunter, según el diario británico The Guardian. El director Tim Burton llevará a la gran pantalla el libro. Quirk Books, por su parte, buscó repetir el éxito con Sense and Sensibility and Sea Monster, también basada en Austen, y prepara el lanzamiento de Pride and Prejudice and Zombies: Dawn of the Dreadfuls, una precuela de Orgullo y prejuicio y zombis. Otras editoriales trataron de explotar el filón con títulos como The Undead World of Oz o Adventures of Huckleberry Finn and zombie Jim.

Versionar a los clásicos no es nada nuevo. Frankenstein es una revisión del mito de Prometeo; Ulises, de James Joyce, de La Odisea, de Homero... La literatura griega consistía en distintas interpretaciones de las mismas historias orales. "Platón habla con curiosidad en El banquete de obras inéditas, que no estaban basadas en historias ya existentes. Eran casos tan anecdóticos que ni siquiera han llegado hasta nosotros", argumenta Javier Azpeita, de 451. Su editorial publica recopilaciones de versiones: ¡Mío Cid!, Comedias de Lope, Leyendas de Bécquer... En el tomo dedicado a El Lazarillo de Tormes, por ejemplo, las interpretaciones corren a cargo, entre otros, de Martín Casariego y Marta Rivera de la Cruz. Versiones ortodoxas que no tienen nada que ver con esta nueva e insolente tendencia.

El Lazarillo Z, matar zombis nunca fue pan comido (Debolsillo) sí cumple todos los requisitos del subgénero. En esta novela, una epidemia zombi asuela la España del siglo XVI y el Lazarillo se dedica a aniquilar muertos vivientes. "La historia empieza en un hospital psiquiátrico donde ingresa un tipo que se hace llamar Lázaro González Pérez de Tormes. Esa misma noche hay un episodio de canibalismo y al día siguiente se encuentra un manuscrito donde el hombre cuenta su verdadera historia", adelanta su editor. Jaume Bonfill no oculta que la idea era hacer Orgullo y prejuicio y zombis con un clásico español. Ya se sabe, si una fórmula funciona... "No nos llegó una propuesta y la publicamos. Este libro surgió al revés, de la necesidad de tener algo así en nuestro catálogo". Barajaron títulos como La Regenta y Don Juan Tenorio, pero finalmente venció El Lazarillo.

Según el autor y crítico Justo Navarro, la clave del éxito de estos libros está en que rescatan elementos de la vieja literatura y los adaptan al mundo actual, a la velocidad de las imágenes del cine americano, la inmediatez televisiva, al vértigo de los videojuegos y a la urgencia de los mensajes verbales electrónicos. "Ahora la literatura tiene que convencer y conquistar el mercado. Me recuerda al paso de la Antigüedad clásica a la Edad Media cristiana. La literatura cristiana medieval quería convertir a muchos, con los modos de hablar de la mayoría, con mayor comprensibilidad y eficacia, y ya no le servían los modos de la literatura latina clásica", argumenta. El editor Juan Azpeita está de acuerdo en que "hay más posibilidades de que los lectores de novedades se acerquen a los clásicos a través de estas versiones". Eduardo Hojman lo confirma: "Orgullo y prejuicio es un libro del que todo el mundo ha oído hablar, incluso puede que haya visto la versión cinematográfica, pero que poca gente ha leído. Su lenguaje es muy árido, sobre todo para los jóvenes, y toda la parte de zombis derriba esas barreras". Como cuando las hermanas Bennet, en mitad de un baile, se abren paso "decapitando zombi tras zombi mientras avanzan". Pero salvo pequeñas libertades como ésta, la novela es bastante fiel a la original. Tanto que, según asegura Rekulak, algunos profesores estadounidenses desesperados han sustituido la versión de Austen por la zombi en sus clases. No es el único caso. Sarah Schmelling es la autora de Ophelia join the group: maidens who don't float, que reinterpreta en formato Facebook desde La Odisea hasta Lolita, pasando por Jean Eyre. Por ejemplo, Hamlet en versión red social sería así: "Hamlet se pregunta si debe continuar existiendo. O no / Hamlet piensa que Ofelia sería más feliz en un convento / Ofelia ha eliminado 'princesa malhumorada' de sus intereses / Hamlet ha publicado un evento: una obra que es totalmente ficticia y de ningún modo es sobre mi familia / El Rey ha comentado el estado de Hamlet: '¿Qué te pasa?". "Los profesores lo utilizan como herramienta para introducir a los clásicos, especialmente a los autores más difíciles como Shakespeare", explica la autora. Todo comenzó con una entrada de Schmelling en su blog. Tuvo tanto éxito que le animó a escribir un libro entero. "A la gente le gusta la parodia, y si además disfrutan con los clásicos, siempre es atractivo verlos desde otro punto de vista. Mi libro es simplemente algo divertido que puede complementar a las novelas pero nunca reemplazarlas".

Con el mismo espíritu, Jorge de Barnola, Roberto Bartual y Miguel Carreira perpetraron La casa de Bernarda Alba zombi. En esta versión, Adela, Angustias, Martirio y el resto de sus hermanas no pueden salir de casa por el luto y porque al caer el sol aparecen los muertos vivientes. Además, Bartual elaboró una ucronía para el prólogo. En ella se sugiere que la obra original es z, escrita por Pepín Bello, y que Lorca la utilizó como base para una sosa versión sin seres de ultratumba. "Lo políticamente correcto es una dictadura que domina la literatura española. Por eso quisimos hacer esta gamberrada, con sencillez, fantasía y sin ínfulas", relata De Barnola. De momento, La casa de Bernarda Alba zombi sólo puede leerse en la Red (http://bernardaalbazombi.blogspot.com/). Más de nueve mil personas ya se la han descargado gratis. Y es que Internet ha sido el punto de partida y catalizador de esta tendencia. Rekulak reconoce que en el caso de Orgullo y prejuicio y zombis no hubo un de boca en boca sino un de pantalla en pantalla. "No lo hubiésemos conseguido sin Internet", asegura. Su editor español, Eduardo Hojman, señala que estas obras triunfaron primero en la Red. Los medios convencionales se hicieron eco después confirmando la tendencia: "Es muy significativo que fueran antes un best seller en Amazon que en la lista de cualquier periódico".

Orgullo y prejuicio y zombis. Jane Austen y Seth Grahame-Smith. Traducción de Camilla Batlles Vin. Umbriel Editores. Madrid, 2009. 381 páginas. 16 euros. www.orgulloyprejuicio.com. Lazarillo Z. Matar zombis nunca fue pan comido. Lázaro González Pérez de Tormes. Debolsillo. Madrid, 2010. 192 páginas. 7,95 euros. El Lazarillo de Tormes. Martín Casariego Córdoba, Nicolás Casariego, Marcos Giralt Torrente y Francisco Casavella. 451 Editores. Zaragoza, 2007. 155 páginas. 12,50 euros. La casa de Bernarda Alba zombi. Federico García Lorca. Edición de Jorge de Barnola. Introducción de Roberto Bartual y Miguel Carreira. http://bernardaalbazombi.blogspot.com/

<i>El patizambo,</i>, de José Ribera, y <i>Cabeza de zombi,</i> de Estibaliz Mintegi, del libro <i>Lazarillo Z</i>
El patizambo,, de José Ribera, y Cabeza de zombi, de Estibaliz Mintegi, del libro Lazarillo Z

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