La Diagonal, en una papeleta

Dos dibujos para dos ideas diferentes de la futura Diagonal con el tranvía como columna vertebral. La A, que comporta mantener la sección actual de bulevar ajustando el tráfico privado y el transporte público a la calzada central y dejando las calzadas laterales sólo para vía de servicio; y la B, que propone una rambla central con el transporte público y el privado en las calzadas laterales. Los dos dibujos, que entre el 10 y el 16 de mayo podrán votar más de 1,4 millones de personas empadronadas en Barcelona, fueron presentados ayer por el alcalde de la ciudad, Jordi Hereu. Los dibujos y pocas concreciones más de lo que representan las dos opciones. La tercera, la C, cuya introducción forzó Convergència i Unió -para todo el proceso hacen falta las dos terceras partes de los regidores, de ahí la fuerza de la oposición-, es dejar la Diagonal tal como está.

Hereu no quiere ni oír hablar de la posibilidad de que todo el proceso de participación abierto hace un año, que concluirá con la consulta-con un coste de más de 2,5 millones de euros- para la transformación de la Diagonal, acabe de esa forma. Pese a ello, ayer se mostró evasivo y no contestó a muchas de las preguntas que se le formularon. "Esto es una primera aproximación de lo que suponen las dos opciones", repitió en varias ocasiones. Lo único que dejó claro es que será la Diagonal del siglo XXI, con una apuesta determinante por el transporte público, la bicicleta y los peatones. Puntualizó que en ninguna de las dos opciones se tocará el subsuelo, lo que evitará más problemas. El coste aproximado de la transformación es de 70 millones de euros, más los 60 que supondrá la implantación del tranvía en los algo más de cuatro kilómetros que hay entre la plaza de Francesc Macià y la de Glòries. Y el plazo de ejecución previsto no baja de los 38 meses. Es decir, algo más de tres años. "Estamos hablando de una obra de mandato entero", puntualizó. Le acompañó en la presentación su socio de gobierno, Ricard Gomà (ICV), con quien ha tenido sus más y sus menos por el titubeo con el tranvía por parte de los socialistas.

Las dos opciones suponen una reducción drástica de los movimientos del tráfico privado -que en los dos casos queda reducido a dos carriles por sentido, más uno de servicio- y en favor del transporte público. Eso dependerá de varias cuestiones.Por ejemplo, si al tranvía se le sumara el sistema de autobuses de gran capacidad, denominados Bus Ràpid Transport (BRT), podrían compartir plataforma, como ocurre en otras ciudades europeas.

Las dos opciones tienen una diferencia importante. En la A, la que propone un bulevar, no hace falta tocar la actual alineación de los árboles porque las aceras laterales tendrán algo más de cuatro metros de ancho. En la B, la de rambla, las aceras laterales llegan a ocho metros y es necesario modificar las alineaciones de los árboles, lo que obligaría a mover cientos de ellos. Técnicos que han realizado todos los trabajos previos califican la A de continuista y más conservadora, y la B de más innovadora, aunque probablemente la más compleja precisamente porque obliga a tocar los árboles. Al presentar las dos propuestas, Hereu se extendió bastante más en la primera que en la segunda. Sin embargo, esa diferencia "no implica", dijo, que el equipo de gobierno tenga una preferencia de una sobre la otra.

Uno de los efectos colaterales del proyecto de la Diagonal es que ha llevado a replantear la reforma de Glòries. En concreto, en lo referente a dónde irá a parar el tráfico de entrada de la Gran Via, que circulará soterrado por debajo de la plaza. Inicialmente, la salida estaba prevista en la Diagonal. "Eso hay que cambiarlo, ya que no se puede llevar los coches que entran a la ciudad a una avenida que se va a pacificar. Se tendrá que buscar un punto al que interese que vayan los coches", explicó ayer un responsable de Urbanismo de Barcelona. El Consistorio ya ha encargado el proyecto de ese túnel.

Y otro efecto de la transformación de la Diagonal es el surgimiento de una nueva plaza en lo que ahora es un inmenso espacio para los coches: el cruce de la Diagonal con Sardenya y Aragó. El tranvía pasará por el centro y se creará una plaza, según precisó un técnico que ha participado en los trabajos. El mismo que, no obstante, reconoció que todavía no se ha resuelto el enlace de la nueva Diagonal con la actual sección que arranca en el cruce de Marina.

Mientras el equipo de gobierno defendía con entusiasmo la necesidad de transformar una avenida con 150 años de historia, desde la oposición le buscaron las cosquillas. Su llamado socio preferente, Esquerra Republicana -que le forzó a someter la iniciativa a consulta ciudadana-, sostuvo ayer que el tranvía no pueder ser condición indispensable para la transformación de la Diagonal. "Si una opción es tranvía sí, y la otra, tranvía también, no estamos a favor", afirmó Jordi Portabella. Para CiU, que formalmente está a favor de la transformación, pero obligó a Hereu a introducir la opción de dejar la avenida como está, la presentación que hizo el alcalde fue insuficiente. "No se puede presentar dos dibujos sin concretar qué pasará con la circulación que se expulsa de la Diagonal o dónde piensan habilitar aparcamientos para las motocicletas", apuntó el regidor nacionalista Joaquim Forn. Alberto Fernández Díaz (PP) reiteró su posición, contraria a proyectar ahora una transformación de tanto calado.

La reforma de la Diagonal de Barcelona