Los pueblos del apagón se vacían
Endesa advierte de que la luz tardará en volver a varios núcleos de Girona
En Romanyà de La Selva no queda un alma. El núcleo de casas, no más de una decena, está en un pequeño monte en el término municipal de Santa Cristina de Aro. El lunes se quedaron a oscuras. Ayer estaba vacío. Sólo un grupo de jóvenes con una tabla de snowboard, tirándose por una colina, animaba el panorama. "Los del restaurante se han ido hace poco", explica uno de ellos. Al irse se han olvidado una botella de cava del bueno, que han puesto a enfriar en la nieve.
En las urbanizaciones de los alrededores de Santa Cristina d'Aro se ven las persianas bajadas. No sale humo por las chimeneas. Las casas se han quedado sin inquilinos. "Incluso les hemos recomendado que se vayan a casa de algún pariente que tenga electricidad", explica el alcalde y presidente del consejo comarcal del Baix Empordà, Ricard Herrero. Se supone que la mayoría de vecinos se han ido a casa de sus familias. Otra parte son segundas residencias.
El alcalde de Santa Cristina d'Aro recomienda ir a casas de familiares
La luz tardará en llegar al menos una semana a este tipo de núcleos aislados, según Endesa. La compañía eléctrica no ha especificado cuántas personas se verán afectadas ni los lugares exactos. "Son pequeños grupos de casas, alguna masía", ha explicado un portavoz de la compañía. 10.000 abonados pasaron ayer su cuarta noche sin luz.
En Monells tampoco se ve un alma por las calles. A las siete de la tarde las ventanas están cerradas y ni siquiera resplandece la luz de una vela. Después de recorrer el pueblo, de unos 200 habitantes, cuatro vecinos, Pau, Diego, George y Luis, explican que aunque siguen sin luz, prefieren quedarse en casa. Pero las familias, sobre todo las que tienen hijos, han optado por abandonar un hogar que sin electricidad es una nevera.
Esther Julián, de 34 años, tienen una niña de dos y vive con su marido en una masía en el núcleo de Santa Cristina d'Aro. La familia se está planteando irse o bien a un piso que tienen cerrado en Girona o a casa de la madre de Esther. La hija de Soledad Palaudelmas abandonó su urbanización de Lloret el miércoles. Tampoco aguantaba por el frío. Se mudó a casa de su suegra.
El gran apagón ha generado una tormenta política en el tripartito. El presidente José Montilla reprendió el miércoles a sus socios, los republicanos y ecosocialistas, por su oposición a la línea de Muy Alta Tensión (MAT). Montilla comparte el mismo criterio que Endesa: con la MAT los daños habrían sido menores. Joan Puigcercós, de ERC, y Joan Herrera, de ICV-EUiA, discreparon de esa postura y achacaron el apagón a la falta de mantenimiento de las líneas de baja y media tensión. La misma teoría defiende Greenpeace.
"Endesa está intentando desviar la atención para no pagar indemnizaciones", dijo el republicano. Y el ecosocialista Herrera añadió: "Hablar de la MAT es una broma de mal gusto". El consejero de Economía, el socialista Antoni Castells, aseguró, sin embargo, que la nevada ha demostrado que la MAT es necesaria al ser Girona la única provincia española sin líneas de 400.000 voltios.
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