La crisis empobrecerá más a Irlanda y a España que al resto de países ricos
La OCDE urge a acometer reformas para paliar los efectos de la recesión
España entró en la recesión algo más tarde (y con más suavidad) que el resto del mundo desarrollado. Pero también saldrá con más retraso y, sobre todo, el impacto de la crisis será mayor que en la gran mayoría de los países ricos. El producto interior bruto -la riqueza que se produce en un año, el PIB- ha bajado en España casi un 5% desde que empezó la recesión, menos que en EE UU, Alemania o Reino Unido, por ejemplo.
Pero queda una larga resaca por delante. La OCDE, que agrupa a los países ricos asegura que la crisis dejará en España más huella que en ningún otro país, con la única excepción de Irlanda: acabará barriendo más de 10 puntos de PIB potencial, entendido como el nivel de producción máximo que puede alcanzar la economía con el trabajo, el capital y la tecnología existentes sin provocar inflación.
España perderá más de 10 puntos de crecimiento potencial
El recorte del diferencial del PIB por habitante se estancó en 2003
El latigazo de la crisis económica se llevará por delante 10,6 puntos de PIB potencial de España, según un informe de la OCDE presentado ayer en París centrado, sobre todo, en los efectos de la recesión y en las medidas emprendidas por los países desarrollados para conjurarla. Irlanda perderá 11,8 puntos. Pero la crisis se absorbe de manera muy desigual en el mundo rico: la media de la OCDE se encuentra muy lejos de las cifras de España e Irlanda, en torno a tres puntos de PIB. EE UU pierde 2,4 puntos, menos que Reino Unido (2,9), Francia (2,8) y Alemania (3,9).
Tradicionalmente, el crecimiento potencial se reduce en épocas de recesión, debido a la caída que se produce en la inversión, al aumento del paro estructural y a la reducción de gastos, como la investigación y el desarrollo, que propician un aumento de la productividad. La historia sugiere, sin embargo, que las recesiones originadas por crisis financieras son más profundas, tienden a durar más y suelen tener un impacto permanente sobre el nivel de producción, lo que hace que la recuperación sea también más lenta y que mantenga ese bajo nivel durante mucho más tiempo.
Así es en los casos irlandés y español y así lo expone claramente la OCDE, que atribuye el gran impacto de la crisis en esos dos países al fenomenal paro que estrangula ambas economías, también las más expuestas a la burbuja inmobiliaria. La OCDE calcula que el alto desempleo restará a España 8,4 puntos de su PIB potencial. En el resto de la OCDE, ese efecto se limita a un punto de PIB. El deterioro del mercado laboral (con 4,3 millones de parados en España) ha motivado "una sustancial reducción de la fuerza de trabajo resultante", consecuencia también del cambio de tendencia en la llegada de inmigrantes, según el informe.
El otro responsable de la rebaja del potencial de crecimiento es el alza de los costes de capital. En ese caso, tanto Irlanda como España se encuentran cerca del resto de países de la OCDE, con una reducción media en torno a los dos puntos del crecimiento potencial.
Para absorber ese mazazo, la OCDE opta por las recetas habituales. El llamado Club de los ricos recomienda a España, una vez más, acometer reformas estructurales, "altamente prioritarias" en el mercado laboral. La OCDE reprocha al Gobierno español que "no haya habido ninguna acción" en el apartado de la moderación salarial y los convenios colectivos, pese a que sindicatos y empresarios vienen firmando desde 2002 pactos para propiciarla. El organismo radicado en París urge a España a que flexibilice el mercado laboral -algo que el Gobierno negocia ya con los agentes sociales- y que acorte la dualidad actual existente entre los contratos fijos (para los que pide que disminuya la indemnización por despido) y los eventuales, cuyo porcentaje considera excesivo.
La OCDE alerta de que España se estancó en 2003 a la hora de estrechar la diferencia que separa su PIB por habitante con el de los países más ricos de la organización, superior a 25 puntos porcentuales. Aunque también dio alguna buena noticia: sí se está estrechando, desde 2007, la diferencia que separaba a España con el pelotón de cabeza de los países de la OCDE con respecto a la productividad. Ahora mismo es de 20 puntos porcentuales.
El economista jefe de la OCDE, Carlo Padoan, insistió en la presentación del estudio en que el mercado laboral español "necesita claramente un ajuste", al igual que las pensiones, al recordar que sólo en 2007 aumentó "modestamente" el periodo de cotización que da derecho a pensión (algo que vuelve a estar encima de la mesa) y creó incentivos para alargar la vida laboral.
Con todo, los problemas no son sólo para España. "Aunque se ha evitado lo peor, la experiencia de anteriores crisis indica que los niveles de crecimiento previos a no volverán a corto plazo", según el informe. España creció a un ritmo en torno al 3% en la década y media de bonanza previa a la crisis. No hay un horizonte próximo para que esas cifras se repitan.
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