Los garfios de Irak

El cine bélico es un gran clásico de los Oscar: la primera película en recibir la estatuilla fue un filme de guerra (Alas, de William Wellman, en 1927) y el género ha estado presente en la recta final de casi todas las ediciones. Casablanca, De aquí a la eternidad, El cazador o El paciente inglés son algunos de los filmes que han recibido el Oscar, títulos legendarios que han sobrevivido a su tiempo para convertirse en universales.

El cine sobre Irak siempre se enfrentó a la dificultad de que todos habíamos visto demasiadas imágenes, había que buscar ángulos insólitos, meterse en la piel de los soldados o viajar al desastre de la primera posguerra (Green zone, de Paul Greengrass, que se estrena este viernes). El Oscar a En tierra hostil simboliza que el conflicto se ha instalado en Hollywood para quedarse, incluso en sus aspectos más duros. Cuando Los mejores años de nuestra vida, el relato del regreso a casa de tres veteranos de la II Guerra Mundial, uno de ellos con garfios en vez de manos, recibió el Oscar en 1946 fue un signo de que Esrados Unidos era capaz de ver la cara más dura de la guerra. Ahora, con En tierra hostil, los garfios vuelven a ser visibles.