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Reportaje:TELEVISIÓN

Ellas toman el mando

Toni García

Cuando en 2007 la Gaceta de Pittsburg se hacía eco del repentino interés que la televisión había adquirido por las actrices de más de 40 años, muchos ceños se fruncieron al unísono. Cierto es que Glenn Close, Kyra Sedgwick, Holly Hunter o Mary McDowell amenazaban con copar la parrilla a base de series con claro liderazgo femenino como Daños y prejuicios, Weeds o The closer, pero ¿cuánto iba a durar aquello? ¿Seis meses? No había de qué preocuparse, afirmaron los defensores del rol masculino como catalizador del sector desde la era de los dinosaurios.

Sin embargo, en 2008 una entidad llamada Pew Research Center publicaba un estudio según el cual el porcentaje de hombres que creían que tenían el control del mando a distancia en casa no llegaba al 37%, mientras que los que afirmaban que era su pareja la que decidía ascendía al 45%. Así pues, y desde un punto de vista puramente estadístico, las mujeres decidían qué ver en televisión. Aquella tesis, ampliamente difundida, hizo que a muchos ejecutivos de los grandes estudios les diera un vuelco el corazón.

La cadena estadounidense CBS anunciaba sus planes para la temporada así: "Más papeles para mujeres y más risas"
"La confluencia de talento femenino delante y detrás de la cámara significa que ninguna de las viejas reglas se aplica ya"

Poco después, la cadena CBS (una de las cuatro grandes generalistas del país junto con NBC, ABC y Fox) anunciaba sus planes para la temporada: "Más papeles para mujeres y más risas". La competencia agudizó el oído y los personajes femeninos se convirtieron en algo más que meras comparsas, jovencitas con grandes atributos, amigas perpetuamente enamoradas del protagonista u obedientes esposas cuyo único deseo era servir a sus intrépidos maridos y mantener caliente el hogar.

La fémina ya podía ser cualquier cosa que deseara: llegaron mujeres traficantes, cazarrecompensas, investigadoras implacables y abogadas sin escrúpulos.

Aun así, todo seguía por hacer. Los personajes más atractivos representaban un mínimo porcentaje de la oferta, y los más osados, atípicos e -incluso- inconcebibles habitaban ese territorio vallado que son las cadenas por cable. Faltaba el bofetón definitivo. Y llegó en 2009: The good wife, bajo el sello CBS.

A primera vista no parece una serie extraordinaria: unos intérpretes de valor contrastado (Julianna Margulies y Archie Panjabi), un argumento que mezcla sabiamente el vodevil de abogados de toda la vida con el drama de una mujer obligada a recuperar viejos hábitos con tal de sobrevivir y, por último, un villano adúltero -pero simpático- que actúa de contrapunto al abrumador dominio femenino.

Precisamente el villano, el veterano Chris Noth (conocido por su sempiterno personaje de Mr. Big en Sexo en Nueva York), reconocía a El País Semanal vía telefónica: "Los tiempos han cambiado; ésta es una serie por y para mujeres, pero que también interesará a los hombres. Ya era hora de que fuera así". Noth respondía así a la pregunta del millón: ¿qué ha pasado con The good wife?, ¿por qué triunfa?

La serie ha reventado los audímetros de Estados Unidos, con puntas que superan los 14 millones de espectadores, usando un argumento basado exclusivamente en la complicidad entre las dos protagonistas, y lo ha hecho sin grandilocuentes campañas de marketing ni personajes excesivos.

"La confluencia de talento femenino delante y detrás de la cámara significa que ninguna de las viejas reglas se aplica ya", afirmaba hace apenas unas semanas la periodista Shawna Malcolm en la revista Variety. "Estas mujeres no están sólo luchando con sus carreras, familias, y en la búsqueda de la plenitud personal. Hacen todo eso en unos tiempos cada vez más inciertos". Para la periodista, la televisión es el medio que mejor ha sido capaz de captar el espíritu de la feminidad contemporánea.

La también periodista y crítica de televisión Lynette Rice escribía en Entertainment Weekly: "Lo típico es que los grandes estudios no se sienten a desarrollar shows para mujeres protagonizados por personajes femeninos; en primer lugar quieren asegurarse de que hay personajes femeninos que mantengan a los tíos en casa enganchados a la tele. Pero los productores son conscientes de quién controla el mando a distancia". Lo cierto es que, como argumenta Rice, el éxito estable y sin precedentes de The good wife puede traer una auténtica catarata de series con líderes femeninas.

Para empezar, la propia CBS está desarrollando The physick book of deliverance Dane, un proyecto basado en el libro homónimo de Katherine Howe donde una mujer descubre un extraño secreto enterrado en la historia de su familia. Ya en mayo de 2008, Nina Tassler, presidenta de CBS Entertainment, afirmaba a la agencia Reuters: "No es ningún misterio que las mujeres son las que conducen ahora mismo las cadenas". Tassler, considerada la artífice del gran año de la legendaria televisión, ha sido una de las más incansables defensoras de una política de igualdad de género en la parrilla. Su insistencia por dar luz verde a The good wife le ha supuesto a su compañía conseguir las mejores cifras de los últimos años y, a la postre, apuntalar su política. "Algunos papeles que fueron originalmente escritos para hombres podrían ahora ser reescritos para mujeres", añadió Tassler sobre el futuro de la cadena en el apartado de ficción. Más de un año y medio después, parece que la ejecutiva tenía también algo de profeta.

NBC, ABC y Fox preparan ahora sus propios proyectos. Los primeros piensan manufacturar su producto más atrevido hasta la fecha, Inside Mary Baxter, centrado en la vida de una cárcel de mujeres. Además, supervisan el remake de una de las series más longevas de todos los tiempos: Prime suspect, protagonizada por Helen Mirren (y cuya última temporada fue emitida en España por Canal +). Y NBC planea estrenar Dorothy Gale, una versión moderna de El mago de Oz.

Fox, por su parte, ha encargado a Neil Meron y Craig Zadan que desarrollen un drama (aún sin título) sobre una estudiante que investiga casos cuyo castigo (si el acusado fuera sentenciado) sería la pena de muerte. Mientras tanto, ABC prepara a lo grande el lanzamiento de la nueva versión televisiva de Los Ángeles de Charlie. Por ahora parece ser que lo único seguro es que Drew Barrymore producirá el proyecto, ya que el reparto y demás detalles se conservan en absoluto secreto. La cadena planea también dar más cuerda a los personajes femeninos de Flash forward (actualmente en Cuatro y AXN) en cuanto finalice el parón artístico decidido por los productores para dar un nuevo impulso a la serie. "Se ha acabado el tiempo para los personajes que son sólo 'la esposa de…'. La audiencia está cansada de esa clase de prototipos", declaraba a Variety Jessica Borsiczky Goyer, productora ejecutiva de Flash forward.

Así las cosas, 2010 va a ser un año que marcará si a partir de ahora serán ellas las que adoptarán el tradicional rol masculino de agarrar el mando y no soltarlo, o si bien serán ellos los que deberán replantearse un nuevo reto: ver lo que ellas desean… O comprarse otra tele.

Glenn Close, protagonista de la serie 'Daños y prejuicios'
Glenn Close, protagonista de la serie 'Daños y prejuicios'

LA BUENA ACTRIZ

Rocío Ayuso

No hay mejor fuente de ficción que la realidad. Y Robert y Michelle King han sabido sacarle partido. "Lo más maravilloso es que el tipo de escándalos que nos dan de comer son el pan nuestro de cada día", se regodean frotándose las manos. No son paparazzi. Son guionistas y los creadores del último gran éxito de la televisión estadounidense, The good wife. Los escándalos a los que se refieren son esos que sacuden a la clase política estadounidense con una sucesión sísmica. Por ejemplo, el de Eliot Spitzer, gobernador de Nueva York hasta que tuvo que dimitir por temas de prostitución. O Mark Sanford, gobernador de Carolina del Sur hasta que le pillaron "de tango" en Argentina. Lo mismo con el ex senador por Idaho Larry Craig o el ex gobernador de Nueva Jersey James McGreevey. Por no hablar del mismísimo presidente Bill Clinton. Todos sorprendidos con los pantalones bajados. El matrimonio King no está especialmente interesado en política. Ni les puede el morbo. Lo que les atrajo es el rostro impasible de esas esposas que aguantan el tirón, estoicas, prestando en público su apoyo a los esposos infieles. Como dice la serie: las buenas esposas. "El título va con segundas", explica Julianna Margulies, su protagonista. "Exploramos por qué estas mujeres se mantienen con sus maridos tras una situación tan vergonzosa".

La serie es mucho más, pero ésa es la semilla con la que los King se ganaron a esta gran actriz televisiva de 43 años (famosa por sus papeles de la enfermera Carol Hathaway, el ligue de George Clooney en Urgencias, y de la agente inmobiliaria Julianna Skiff, amante de Tony Soprano en Los Sopranos) y al público y la crítica. The good wife (en España se emite los jueves en la cadena Fox) es un bombazo: casi 14 millones de telespectadores por semana en EE UU, un Globo de Oro en manos de Margulies como mejor actriz de serie dramática y la segunda temporada ya en marcha con la que seguir explorando la vida de Alicia Florrick, esposa, madre y ama de casa acomodada cuyo futuro laboral y personal da un vuelco cuando su marido se ve forzado a confesar públicamente sus infidelidades y a dimitir de su cargo como fiscal de Illinois antes de ir a la cárcel, papel que recae en Chris Noth. "Yo en su lugar le habría dejado, pero la experiencia es otra. Somos muy rápidos en juzgar", pondera la actriz. "Nunca llegamos a entenderlas. Hablamos de mujeres inteligentes. Silda Spitzer trabaja ahora en un grupo de riesgo neoyorquino. Elizabeth Edwards ha escrito un libro. Mira a Hillary Clinton. No son precisamente mujeres frágiles esperando a que sus maridos regresen a casa. La serie ofrece un gran foro para explorar la naturaleza humana".

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