_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Todos sus deudores

La exposición Monet y la abstracción, que, con el comisariado de Paloma Alarcó, conservadora del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, y con el patrocinio de la Fundación Cajamadrid, reúne un centenar largo de cuadros de varias decenas de artistas importantes del siglo XX, procedentes de diversos museos y colecciones extranjeros es, a mi juicio, un ejemplo de lo que debe ser una muestra de sus características, porque no sólo tiene una tesis -la de la influencia de Claude Monet sobre el arte de vanguardia del siglo XX-, sino que está planteada de una forma original; a saber: la ortodoxia académica del arte del siglo XX, de inspiración americana, había establecido que el expresionismo abstracto americano genuino había surgido de la nada; esto es, de Dios, mientras que sus componentes bastardos o luciferinos, los adscritos a la abstracción lírica americana, eran el resultado viciosamente incubado en la decadente Europa procedente de Monet. En una palabra: lo genuino del arte americano procedía de Pollock, De Kooning, Gorky, Rodhko, etcétera, mientras que Helen Frankenthaler, Joan Mitchel, Sam Francis, etcétera, eran unos retardatarios paisajistas semifigurativos, al margen del cauce principal de la modernidad.

Así debe ser una muestra: no sólo tiene una tesis sino que está planteada de forma original
Más información
Reflejo de Monet en un espejo abstracto

Frente a este código, hoy considerado cada vez más obsoleto, Paloma Alarcó ha hecho el esfuerzo considerable de precisar mejor el desarrollo del arte de la segunda mitad del siglo XX, demostrando cómo la deuda contraída con Monet sirvió por igual a los dos cauces divergentes del arte abstracto americano. Pero aún más, a pesar de las limitaciones que impone siempre una exposición temporal, nos proporciona las referencias necesarias para que nos percatemos de que la huella de Monet no sólo quedó circunscrita al ámbito de Nueva York, sino que afectó a todas las áreas de innovación moderna del arte occidental, utilizando en su exposición inteligentes referencias al arte europeo de los años cincuenta y sesenta, e incluso, en un más difícil todavía, alargando la influencia del genial pintor francés hasta la génesis del minimalismo.

Claude Monet (1840-1926) fue el genuino inventor del impresionismo, pero, además, por su dilatada existencia, que sólo se comprende cuando uno se percata de que a la muerte de Monet Pablo Picasso tenía 45 años, vivió mucho y no precisamente en vano. Quiero decir que, al margen de todas las importantes innovaciones aportadas por el impresionismo, que en su caso además de las características alegadas al uso consistió en la visión serial de la obra, tuvo el ímpetu durante su alargada madurez de experimentar la pintura como gesto y desde el plano, lo que significa haberse adentrado en los caminos del expresionismo. Con esto se comprende que Monet fue una raíz de la modernidad polivalente, que es justo, y por primera vez, lo que establece esta magnífica exposición, en cuyas dos sedes, el Museo Thyssen y la sala de Cajamadrid, se exhiben no sólo las obras matriciales del pintor francés, sino muchas de las figuras cruciales de las vanguardias de los años cuarenta, cincuenta y sesenta, lo que es en realidad un retrato completo del arte del siglo XX.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_