EMI se desprende de Abbey Road
La crisis lleva a la discográfica a prescindir de su propiedad más emblemática
La noticia ha causado consternación general. EMI está buscando comprador para los estudios de grabación más celebres del mundo: los londinenses Abbey Road, identificados con los Beatles o Pink Floyd. Las cifras que se manejan son muy diversas, según se refieran a los estudios en sí o se incluya la marca, poco explotada pero con gran potencial.
De principio, no debería sorprendernos. Desde hace décadas, las discográficas se desprenden de sus estudios: los artistas prefieren no grabar en instalaciones de su empresa. Con fuertes gastos de personal y mantenimiento, los grandes estudios tienden hacia los números rojos, al adelgazarse los presupuestos y desplazarse buena parte del trabajo a los estudios caseros. En 2009 se cerraban los londinenses Olympic Studios, donde Godard rodó a los Rolling Stones elaborando Sympathy for the devil.
Los clientes bajan de forma alarmante: tiene fama de ser caro... y 'antipático'
Parecía que Abbey Road se iba a librar de la piqueta o la reconversión. Desde que los Beatles publicaron el álbum homónimo, es un imán para muchos visitantes que llegan a Londres; las tapias exteriores deben pintarse regularmente, cuando se acumulan los mensajes de los fans. Sin embargo, no ejerce de atracción turística, con tienda de recuerdos y visitas guiadas, como ocurre con algunos estudios históricos en EE UU. Aunque Abbey Road sigue en activo, su cartera de clientes disminuye de forma alarmante: tiene fama de ser caro... y antipático. Sus principales ingresos derivan de bandas sonoras, como las de la serie de Harry Potter, que utilizan grandes formaciones orquestales.
Como si volviera a sus inicios: la inauguración, en 1931, contó con sir Edward Elgar dirigiendo a la Sinfónica de Londres. Los Beatles, recién llegados de Liverpool, se sintieron intimidados por unos técnicos de batas blancas que obedecían horarios rigurosos. Según avanzaron los sesenta, aquello cambió: el productor George Martin tuvo que cuidar de un agitado John Lennon, sin entender que estaba en pleno viaje de LSD; por insistencia de Lennon, también hubo que acomodar una cama para que estuviera presente una convaleciente Yoko Ono.
Los más fieles a Abbey Road fueron Cliff Richard y sus acompañantes, los Shadows, pero allí sudaron igualmente Pink Floyd, Kate Bush, Radiohead, Oasis o Duran Duran. Su espacio más amplio, el Studio 2, bautizó una colección de grabaciones de pop orquestal, firmadas por Alan Parker, Keith Mansfield o Alan Hawkshaw.
Abbey Road cumple en noviembre los 79 años como estudio. No cerró durante la II Guerra Mundial, aunque se vio afectado por la obligada ausencia de los prestigiosos músicos y directores alemanes: se centró en registrar programas radiofónicos de entretenimiento para las tropas. Los sacos terreros volverían en los setenta, cuando la crisis del petróleo obligó a instalar fuera un generador al que fue necesario aislar acústicamente, como si se reviviera la guerra de trincheras.
Lo que nadie podía prever es que sucumbiera a la especulación financiera. En 2007, EMI fue adquirida por Terra Firma, un fondo de capital riesgo que sobrestimó su valor y que entró allí como elefante en cacharrería. La situación crítica del negocio musical ha puesto contra las cuerdas a Terra Firma, que necesita desesperadamente liquidez: quiere ganar tiempo vendiendo joyas de la corona como Abbey Road, mientras se plantea cómo separar la rentable rama editorial de la discográfica, supuestamente deficitaria. Terra Firma ha llevado a juicio a Citigroup, el banco estadounidense que financió la compra, alegando que fue víctima de un engaño.
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