¿Qué va a ceder el PP?
Se observa una gran diferencia en el modo como PP y Gobierno encaran un posible pacto escolar. El PP, entusiasmado, detecta tres fallos fatales de nuestras escuelas y ofrece para remediarlos su programa máximo. El Gobierno, en cambio, publica una lista de 103 puntos hueros y uno con huevo. En éste, en vez de proponer, renuncia a la comprensividad de la ESO, un punto esencial hasta ahora del programa mínimo de la izquierda.
La timidez del Gobierno quizás se deba a que sabe que ninguno de los tres fallos fatales del sistema es real. Los alumnos españoles aprenden por término medio lo mismo que los de Europa central, como muestran los informes PISA. Si luego declaramos fracasados al 30%, no lo podemos achacar a su ignorancia, sino a las altas exigencias de las escuelas. Y si después se les prohíbe seguir estudiando, no deberíamos decir que ellos abandonan, sino que el sistema los expulsa.
Para rebajar el fracaso escolar, lo mejor es poner más fácil el título de Graduado en ESO. Una vez así ampliados los estudiantes potenciales, lo mejor para que no abandonen es adaptar a su nivel enseñanzas homologadas como de Secundaria Superior. Nada de lo cual requiere cambios en la legislación, sino únicamente en las costumbres. Por último, para que los alumnos aprendan más no sirve de nada legislar ni pactar, sino quizás mejorar las costumbres docentes y discentes.
Ni el sentido común ni la ciencia aconsejan creer en la eficacia de las propuestas del PP: más esfuerzo, más escuela privada y, como novedad, financiar las escuelas según sus resultados. Esta mezcla de ideologías tradicionalistas y liberales pueden estar bien para conciliar a católicos y laicos dentro del PP, pero no significan nada para la eficacia docente y menos aún para las tasas de fracaso y abandono.
Claro que tampoco mejora el aprendizaje de los alumnos, ni disminuye el fracaso ni el abandono, establecer o no itinerarios al final de la ESO. La comprensividad ha servido para cohesionar a la izquierda durante los últimos 40 años, pero no tiene que ver con la eficacia. Si el Gobierno ha sacrificado al pacto la esencia del proyecto educativo de la izquierda durante 40 años, debe de ser porque espera mucho a cambio. ¿Qué puede ser?
Julio Carabaña es catedrático de Sociología de la Educación en la Universidad Complutense de Madrid.
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