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"Pido que sean más flexibles con el dolor de una familia"

María Luz Pose y su verdugo habían tenido una relación difícil. Se cruzaron varias denuncias en los juzgados, pero no llegaron a dictarse medidas cautelares contra el guardia civil, que se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico. Meses antes del fatal desenlace habían intentado un acercamiento hasta que ella decidió acabar definitivamente y denunciarlo por acoso. Horas después de crimen, el autor del disparo mortal presentaba unos niveles de alcoholemia casi cuatro veces superiores a lo permitido

"Ya no sabes si llorar o qué hacer cuando este señor, después de hacer lo que hizo, puede pasearse por la calle como cualquier ciudadano normal. Ni siquiera ha tenido que depositar una fianza", comentó ayer Isabel, hermana de la víctima.

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"Ha sido una sorpresa y nos está sentado como un jarro de agua fría, pero la justicia está así en este país. Todos los días vemos casos insólitos en la televisión. Yo no justifico ni entiendo a los jueces y supongo que para ellos no es más que un caso más", señaló.

La familia no se explica además cómo la Audiencia de Pontevedra no ordenó de primeras una orden de alejamiento, como horas después acordó ayer la juez instructora. "Sólo pido que sean flexibles con el dolor de la familia. Desde luego, ellos son responsables de lo que pueda pasar. Mis sobrinos se lo pueden encontrar y no sé cómo sería la reacción de estos chicos. Se me parte el alma", se lamentó.

Cuestión de plazos

Isabel Pose se queja de que por una cuestión de tiempo y no de forma el asesino de su hermana pueda estar fuera de la cárcel hasta que se celebre el juicio. "Nuestro abogado no se dio cuenta de los plazos pero el del presunto asesino de mi hermana sí. Vio que había ese resquicio, que se podía agarrar a él y lo hizo. Nosotros ya no podemos recurrir", añadió.

El abogado de la familia de la víctima, José Antonio Barreiro, ha defendido la posición de la juez y cree que es discutible la interpretación de la Audiencia sobre cuándo empieza a computar la libertad provisional ante la existencia de un riesgo de fuga muy elevado. "Mi opinión es que el tribunal pudo haber subsanado un error que para mí no lo fue".

Barreiro consideró que la decisión de la juez Eva Armesto implica un "grave" riesgo de fuga. El letrado argumentó que Jaime Maíz no dispone en este momento de trabajo, ni de bienes, ni de domicilio por lo que "no tendría nada que perder en el caso de fugarse para evadir la acción de la Justicia".

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