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El nuevo iPad de Apple

Trasplantar el iPhone al portátil

Detrás de cada artilugio de Apple hay siempre una tienda virtual con un enorme catálogo

Ramón Muñoz

Dicen que Apple no tiene clientes sino creyentes. Así que tal vez la marca de la manzana tenga también la facultad de hacer milagros. El primero consistió en convertir un triste cachivache, como es un reproductor musical, en un negocio fabuloso. Cuando las discográficas lloraban por adelantado la muerte de su negocio ante el Leviatán de las descargas, el mago Jobs les demostró con su iPod que, con un poquito de diseño y una tienda virtual (iTunes), la gente estaba dispuesta a bajarse millones de canciones de Internet, escucharlas y encima pagarlas.

El iPhone ha sido la última revelación divina de la marca californiana. Mientras los fabricantes de móviles estaban enzarzados en saber con cuántos megapíxeles dotaban a las cámaras o si debían mantener la conexión por infrarrojos, un outsider como Apple ponía en nuestras manos una revolucionaria pastilla táctil que permitía desplegar páginas de Internet o fotos con un simple movimiento de pulgar en la pequeña pantalla del móvil. Nacían los smartphone, los teléfonos inteligentes, que convertían al móvil en un aparato omnipotente, omnipresente e imprescindible.

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Con el iPad, Apple quiere recorrer el camino inverso. Es decir, trasplantar el éxito del iPhone al mundo del ordenador, pero sin teléfono, y transformar un portátil en un aparato multiuso, táctil, fácil de usar y de precio asequible, que fagocite al resto de las pantallas y las relegue al trastero: la del e-book, la televisión, el vídeo, la consola de videojuegos, el GPS y el propio portátil, entre otros.

Para que afluyan los peregrinos hará falta primero que funcione este iPhone gigante o con estereoides, como se le llama irónicamente al iPad. Otros Tablet, como el de Microsoft, ya fracasaron antes. Pero cumplida esta obvia premisa, la verdadera revolución no será tecnológica sino cultural y empresarial. Porque detrás de cada gadget de Apple hay siempre una tienda virtual con un enorme catálogo. Sólo en la App Store, se han vendido 3.000 millones de aplicaciones.

Con el Ipad se distribuirán libros, videojuegos, películas, mapas, periódicos o programas de televisión. Los editores de prensa, los estudios cinematográficos o musicales o los desarrolladores de software tienen una oportunidad única de reinventar su negocio.

Apple suele ser más generosa que otras marcas a la hora de repartir los beneficios. Y no le hace falta publicidad para que se conozcan sus productos. Ya se la hacemos gratis los periodistas. Hasta en eso va por delante.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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