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Reportaje:

Una veterinaria entre las balas

La primatóloga Carmen Vidal trabaja en una zona de conflicto en Congo

A Carmen Vidal le han despertado varias veces las bombas en mitad de la noche. Ha tenido que pasar días encerrada en casa o ser evacuada a toda prisa para proteger su vida. Pero nunca se ha planteado abandonar su trabajo como veterinaria en la República Democrática de Congo (RDC). "A veces te preguntas: 'qué estoy haciendo yo aquí'. Pero bueno, duermes y al despertar vuelve a ser otro día". Vidal, de 50 años, dirige desde 2006 un proyecto de conservación de primates en Lwiro, una localidad de unos 20.000 habitantes en la provincia Sur Kivu, al este de la RDC. La zona de Kivu, en permanente conflicto bélico desde hace años, es rica en coltán (el mineral con el que se fabrican teléfonos móviles, videoconsolas y ordenadores) y en ella se refugiaron miles de hutus miembros de la milicia responsable del genocidio de 1994 en la vecina Ruanda.

Su centro trata de devolver a su hábitat a chimpancés y pequeños simios

La primera experiencia en África de Vidal, hace ya 15 años, fue en Congo Brazaville, que entonces estaba en guerra. "No mucha gente quería ir porque había habido un golpe de Estado". Cuando la ONG Coopera le propuso hace tres años reactivar un centro de animales decomisados que estaba semiabandonado en Lwiro, no lo pensó dos veces.

El centro alberga actualmente 46 chimpancés y 54 pequeños simios de 10 especies diferentes. Son los primates confiscados por el instituto congolés de conservación de la naturaleza. "Los decomisan de particulares o de cazadores furtivos que han matado a los padres para vender al animal joven. Incluso de soldados del ejercito congolés y de las fuerzas internacionales, que los tienen como animales de compañía". El camino para devolverlos al medio natural es largo. "Queremos construir un recinto exterior al que puedan salir", explica la veterinaria. "Pero cuando haya paz en la zona".

También aspiran a poner en marcha un censo de los primates que alberga el inmenso parque nacional de Kahuzi-Biega, pero de momento no es fácil acceder a la zona, pues en ella se refugian bases de milicianos rebeldes hutus con las que el ejército congoleño trata de acabar. "Ahora ha empezado una operación militar que esperamos que termine en julio", relata Vidal. "El centro de recuperación está en medio del pueblo, en la ruta que va al parque nacional. Hemos tenido que salir corriendo muchas veces".

Además de otros cuatro colaboradores españoles, el proyecto cuenta con unos 50 trabajadores locales. "Se trata de dar la formación adecuada para que la gente de allí acabe llevándolo por sí misma", explica. El trabajo recuperando primates se combina con un centro educativo para el pueblo, en el que se imparten clases de alfabetización para adultos, de idiomas o de informática.

No le queda tiempo libre ni para echar de menos España. "Algún día volveré", afirma. Y se pierde hablando de los chimpancés que reintrodujo en la selva hace 10 años y a los que todavía hacen seguimientos. De su intención de enseñar a los habitantes de Lwiro a instalar un sistema de riego para no tener que esperar a la estación de las lluvias para cultivar vegetales. "Estos proyectos no tienen fin", concluye.

Carmen Vidal, en Lwiro, al este de la República Democrática de Congo.
Carmen Vidal, en Lwiro, al este de la República Democrática de Congo.

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