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Reportaje:vida&artes

Europa ha vuelto al cine

El auge del 3D, los superéxitos y una oferta variada explican el repunte de las taquillas - El espectador acepta pagar más por un espectáculo avanzado

Rocío García

¿Es tan sólo un espejismo o el final definitivo de la caída libre? 2009 ha supuesto la vuelta de todos al cine. Después de cuatro años de preocupante descenso en número de espectadores y, por consiguiente, en volumen de negocio, el pasado año se presenta como la gran esperanza de la industria del cine. Tan sencillo como que sin espectadores no hay películas. "Lo que está claro es que la gente acude al cine sólo si la película le resulta atractiva. Tenemos que crear de nuevo el gusanillo para que la gente vuelva al cine", afirma Daniel Monzón, el director de Celda 211, la gran sorpresa cinematográfica del año en España.

La buena y variada oferta, el auge del 3D y la paz en el sector se apuntan como las principales causas de este excelente repunte. Los primeros beneficiados han sido los exhibidores de las cerca de 4.000 salas que pueblan la geografía española, que han visto cómo la recaudación ha ascendido en 2009 a 675 millones de euros, un 9% más que en el año anterior, y el número de espectadores ha pasado de los 107 millones a 110 millones en tan sólo un año. Pero no son los exhibidores los únicos radiantes de felicidad con estos datos. Los distribuidores, productores, directores y técnicos ven, gracias al apoyo del público, un futuro más que prometedor. Atrás parecen quedar años de angustias y pesimismo.

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De 'Ágora' a 'Avatar'

La FECE (Federación de Empresarios de Cines de España), el organismo empresarial que agrupa a cerca de 3.000 pantallas que suponen el 90% de la recaudación en España, no cabe en sí de gozo. No es para menos. El 2009 ha roto una tendencia negativa de asistencia a las salas que duraba ya cuatro años, y con ello se convierte en el segundo año mejor por recaudación de la última década, superado tan sólo por el año 2004.

Varias son las razones que aducen los empresarios de las salas para esta gran noticia. En opinión de Juan Ramón Gómez Fabra, presidente de FECE desde hace casi dos años, lo que está claro es que para conseguir que la gente se gaste una media de 5,5 euros por ver una película en el cine -en Madrid y otras grandes ciudades alcanza ya los 7 euros- hay que ofrecerle algo bueno. Así de simple, pero no así de fácil. "La cosecha de 2009 tanto a nivel internacional como de cine español ha sido excelente, muy variada, dirigida a un público muy dispar. Hemos podido proyectar películas de catástrofes, dramas, títulos interesantes de autor y muchos y buenos dibujos animados. La única manera de atrapar a espectadores de cine que nos han dado la espalda en los últimos años, y que tienen unos gustos tan diferentes, es ofrecerles proyectos variados para todos los gustos".

Pero en el análisis del aumento del negocio en 2009 no hay que olvidar el efecto novedad del auge del 3D, esa forma mágica de entrar en un mundo de tres dimensiones, cuya tecnología está instalada en España ya en 225 pantallas. Y ha sido la última aventura del todopoderoso James Cameron, Avatar, la que ha dejado tan buen gusto en el público -a fecha 31 de diciembre, la película había sido vista por más de tres millones de espectadores en apenas 13 días desde su estreno, cifra que ha aumentado hasta superar los seis millones a fecha de ayer- que los exhibidores confían en que el impacto continúe en los años próximos. "Cuando un paladar se encuentra con un título tan agradable, está claro que vuelve a probar", explica Gómez Fabra, y eso a pesar de que el precio de una película en 3D aumenta en casi tres euros el precio normal de la entrada, no sólo por la utilización de unas gafas especiales, sino por la inversión tecnológica necesaria para la proyección. Y los datos están ahí. De las 790 salas en las que se ha estrenado Avatar en España, 225 lo han sido en pantallas 3D. Sin embargo, un 60% del público eligió la proyección tridimensional a pesar de que es más cara.

Y el tercer elemento ha sido, sin duda, la paz en el sector, del que el primer beneficiado ha sido el cine español. Después de años de ataques, enfrentamientos y duras acusaciones al cine español por parte de los exhibidores, las cosas han cambiado, y de qué manera. "Vivimos un periodo de colaboración e intereses comunes entre los distintos sectores, con lo que enviamos mensajes positivos al público. Y esto se materializa en una buena imagen de nuestro cine y en un menor rechazo a las películas españolas que el que hemos sufrido en el pasado", dice Gómez Fabra.

Las cifras del cine español son más que esclarecedoras. Ágora, la gran aventura épica de Alejandro Amenábar, ha conseguido en 2009 nada menos que una recaudación de 21 millones de euros y 3,4 millones de espectadores, cifras que continúan en ascenso en este mes de enero. Ejemplos similares se pueden ver en Planet 51, el filme de animación que nació con una potente proyección internacional -se estrenó incluso antes en Estados Unidos que en España-, con 1,8 millones de espectadores en ese mismo periodo, y la sorpresa de la temporada, Celda 211, que recaudó 9 millones de euros en 2009. Su director, Daniel Monzón, da saltos de alegría. Cineadicto desde hace años, Monzón ha llegado a ver a diario una media de tres películas, cifra que ha rebajado por el nacimiento de su primera hija. "Yo nunca he dejado de ir al cine y nunca lo haré, pero está claro que a la gente hay que ofrecerle algo atractivo. Me da la sensación también de que en época de crisis económica, el ocio del cine se convierte en algo fundamental. La gente necesita una evasión instantánea y la encuentra en la oscuridad de las salas", dice Monzón, para quien es fundamental en el éxito de una película pequeña como la suya y tantas otras del cine español el boca a oreja. "Cuando a tu vecino, a tu amigo, a tu hermana o a un crítico le ha gustado una película te la recomienda".

Y las sinergias funcionan. Cuando a alguien le gusta una película, sea de la nacionalidad que sea, está claro que repetirá la experiencia. Y así una y otra vez. Ése es justamente el objetivo de un empresario como Fernando Évole, uno de los vicepresidentes de FECE y consejero delegado de la cadena Yelmo Cines, con un parque de 400 salas repartidas por toda España, en versión original y dobladas. "Lo mejor de los lunes cuando uno llega a la oficina es comentar las películas que ha visto el fin de semana y que le han emocionado, hablar del cine en plan positivo".

Pero no es oro todo lo que reluce. Y se divisan nubarrones en el horizonte. Hay dos claras amenazas que ponen en peligro la continuidad de esta tendencia al alza. Por un lado, las repercusiones que puede llegar a tener la aprobación del proyecto de ley de cine en Cataluña a nivel nacional por la obligación de doblar al catalán la mitad de las copias de cualquier filme, exceptuando los europeos, si se estrenan en menos de 15 salas -el volumen de negocio se puede ver reducido en un 30%, además de la pérdida de 1.800 puestos de trabajo- y en segundo lugar, o más bien en primero, la piratería. Por eso es la palabra "milagro" la que emplea Évole a la hora de abordar el análisis de los datos de 2009. "Sin duda, el gran enemigo del cine es la piratería. Con la situación que vivimos en España, donde todo el mundo se puede descargar ilegalmente las películas sin consecuencias, conseguir estas cifras es algo digno de guerreros y valientes. El cine fuera de nuestro país, en Europa y en Estados Unidos, lleva años en una clara línea ascendente, y eso hay que achacarlo a las legislaciones antipiratería implantadas en los países de nuestro entorno".

Según los datos aportados por los empresarios de cine, en Europa el crecimiento en 2009 con respecto al año anterior es muy superior al experimentado en España, si exceptuamos a Finlandia, Irlanda e Italia, donde han visto reducido el número de espectadores. Así, Alemania ha sido la protagonista del mayor incremento de público (un 16,4% más que en 2008), seguida de Holanda (15%), Noruega (6,8%), Francia (5,7%), Reino Unido (5,6%), Dinamarca (5,4%). En Grecia ha subido el 2,5%.

Los exhibidores, pero también los distribuidores y el resto de sectores implicados en esta industria, confían en que el Gobierno de Rodríguez Zapatero y su ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, acometa de una vez por todas la lucha contra las descargas ilegales. "Soportamos la vergüenza de ser el segundo país del mundo en piratería, detrás de China", clama Enrique González Macho, distribuidor de Alta Films y exhibidor de la cadena de los cines Renoir-Princesa. "Esperamos acciones concretas para 2010", aventura Gómez Fabra, mientras González Macho pide abiertamente al Gobierno "un acto de valentía".

Independientemente de esos nubarrones en el horizonte, la exhibición se muestra optimista con vistas a 2010, cuando hay previstos 30 estrenos en 3D, y años venideros. De momento, todo apunta a que este enero de 2010 pueda ser el mes de más éxito para las salas de cine, superando incluso el mismo mes del año 2004. En los primeros 20 días de enero, el número de espectadores supera los ocho millones, mientras que en el mismo mes de 2009 se alcanzó la cifra de seis millones.

Por muchas ofertas de entretenimiento que uno encuentre en las casas, el cine sigue siendo una experiencia insustituible, un gran espectáculo.

En sólo 13 días de 2009, Avatar llegó a 3.233.945 espectadores. Hoy son ya seis millones los españoles que han visto la película de James Cameron.
En sólo 13 días de 2009, Avatar llegó a 3.233.945 espectadores. Hoy son ya seis millones los españoles que han visto la película de James Cameron.REUTERS

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