El revés trastorna la agenda comunitaria

El Parlamento Europeo quiere minimizar la crisis provocada por la retirada de la ministra de Exteriores búlgara, Rumiana Jeleva, como comisaria designada para Ayuda Humanitaria. El presidente de la Eurocámara, Jerzy Buzek, aseguró ayer que estaba "especialmente interesado en asegurar que el proceso de las audiencias se complete satisfactoriamente".

Buzek precisó que el examen en la comisión parlamentaria correspondiente para el relevo de Jeleva, Kristalina Georgieva, se producirá el próximo 3 de febrero. El objetivo es que la votación sobre la nueva Comisión Europea se celebre el día 9, lo que supone un retraso de dos semanas respecto al 26 de enero previsto.

El propio Buzek subrayó la importancia de poder votar el nuevo colegio de comisarios antes del Consejo Europeo extraordinario convocado para el próximo 11 de febrero, en el que se debatirá a fondo la estrategia de salida de la crisis económica y la lucha contra el cambio climático tras el arrinconamiento que sufrió la UE en la conferencia de Copenhague.

El secretario de Estado para Europa, Diego López Garrido, manifestaba ayer su esperanza en que "haya una nueva Comisión Europea para el Consejo del 11 de febrero, tras el pequeño obstáculo que ha supuesto la renuncia de la comisaria Rumiana Jeleva".

Sin embargo, existen todavía ciertas dudas sobre el calendario, que ha quedado muy apretado debido a este contratiempo. Buzek confía en que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, no plantee nuevos cambios en la composición del Ejecutivo comunitario y que el cambio se limite a la sustitución de Jeleva por Georgieva sin afectar a otras carteras.

El malestar expresado por el líder del Partido Popular Europeo en la Eurocámara, Joseph Daul, al tener que aceptar la renuncia de una dirigente de su partido por las presiones del resto de fuerzas políticas, ha sido neutralizado en buena medida por la actuación rápida y consensuada de Buzek y Barroso, que están dispuestos a encajar el golpe y que no quieren más retrasos en la puesta en marcha de su Comisión, que en última instancia se convertiría en un fracaso de su partido y de los liberales, fuerzas dominantes en su composición.