"Ganar dos 'oscars', imposible"
Su personaje en Nine, Carla, es una amante despechada, abandonada por Guido, el cineasta protagonista, en hoteles y pensiones de mala muerte a salvo de miradas indiscretas, especialmente la de su mujer. En cambio, para Penélope Cruz (Madrid, 1974), esa Carla ha sido otro imán de reconocimientos: el escrutinio público y profesional ha sido positivo. Pasado ya el "casi" de los Globos de Oro, el sábado le llega el turno a los premios del Sindicato de Actores (en el apartado de actriz secundaria), un camino muy similar al que le llevó el año pasado a ganar el Oscar por Vicky Cristina Barcelona. Nine, de Rob Marshall, que se estrena este viernes en España, es la adaptación al cine del musical que a su vez versionaba 8 1/2, de Federico Fellini, y Penélope Cruz actúa, obvio, pero también canta y baila en un tema sobresaliente: A call from Vatican. Desde otra ciudad santa, en este caso la del cine, Los Ángeles, la madrileña responde por teléfono.
"Sigo viéndome como una europea a la que dejan ser parte de Hollywood"
Pregunta. ¿Se ve asentada en Hollywood?
Respuesta. Sigo viéndome como una actriz europea a la que dejan ser parte de esta industria. Siempre compaginaré mi trabajo aquí con el de España o el resto de Europa.
P. ¿Cómo se crea una amante despechada y abandonada, como su Carla de Nine?
R. Yo hice pruebas para Luisa , Carla y Claudia
[la musa del cineasta]. Con varias sesiones de canto, baile y lectura de secuencias entre los personajes. Al final me ofrecieron Carla, que era el que me apetecía, porque es por el que sentía más ternura. Lo veía con muchas posibilidades para hacer cosas diferentes a mis filmes anteriores. Yo había visto la Carla de Jane Krakoswki en el Nine de Broadway, que protagonizó Antonio Banderas, y la Carla de Sandra Milo en 8 1/2. Y descubrí un documental en el que Milo habla de su relación con Fellini. En realidad se interpretaba a sí mismo, porque ella y Fellini eran amantes. Ahí me inspiré muchísimo.
P. ¿Está cómoda cantando?
R. He estado muchos meses machacándome, entrenando mi voz con profesores, y no me sentí confiada hasta las pruebas. Al final sentí algo de confianza porque el miedo no se pierde nunca. Encontré mi voz.
P. ¿Y el baile? Al parecer, fueron tres días complicados.
R. Sí, el primero fueron de ensayos y colocación de luces y luego otros dos de 12 horas de filmación. Entré en un estado en el que... volaba. Se me pelaron las manos y me salieron callos, sangraba, pero me dio igual.
P. ¿Le gusta Fellini?
R. Me encanta. Es un genio. Y me fascina 8 1/2. La habré visto unas 10 veces. También me gustan La dolce vita, Amarcord, Las noches de Cabiria...
P. ¿Y los musicales?
R. También. Me gustan All that jazz, y Sweet charity. Me encantaría hacer otro y repetir con Rob.
P. ¿Mira el Oscar de reojillo?
R. No pienso en ello. Prefiero que cuando pase algo así, me sorprenda. Veo una segunda candidatura muy difícil, porque ya triunfé el año pasado. Y ganarlo, imposible.
P. ¿Aparecerá en Piratas del Caribe IV, que dirigirá Marshall?
R. Está en plenas negociaciones. Sí es cierto que ahora he dado más pausa a mi carrera. Antes rodaba, y era afortunada, tres o cuatro películas al año. Ahora tengo la suerte de poder dedicar más tiempo a preparar mis personajes, que es lo que en realidad me da la felicidad. No quiero sentir jamás el vacío de sentir que dedico más tiempo a mis personajes que a mi vida. Busco cosas que me toquen, que me hagan sentir que necesito hacer esa película.
P. ¿Se le quedan en el corazón los personajes?
R. Sí, cuando veo filmes míos, recuerdo sobre todo el tiempo que estuve conviviendo con él. Mido el éxito de mis películas por mis recuerdos, no por el triunfo en crítica y taquilla.
Babelia
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