"El suelo parecía una ola, todo subía y bajaba"
Los primeros cooperantes llegan a España y relatan el caos de la capital haitiana, sacudida por el terremoto
Con las caras marcadas por el cansancio y envueltos en mantas de rayas rojas, los primeros 26 españoles repatriados desde Haití llegaron a las 13.30 de ayer en un avión militar a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Nada más aparecer por la puerta del aparato, sus familiares, que les esperaban a pie de pista, adelantaron con gestos y ramos de flores la reagrupación. Unos segundos más tarde, bajo el cielo plúmbeo que cubría Madrid, uno tras otro se reunieron con sus allegados. Un abrazo liberador puso fin a la pesadilla que vivieron desde el martes, cuando la tierra tembló bajo sus pies como nunca lo había hecho en Haití desde hace dos siglos.
"El suelo parecía una ola; todo subía y bajaba, pero conseguimos quedar en equilibrio y salimos corriendo", relata Nuria, una de las cooperantes españolas repatriadas con el vuelo de ayer. Llevaba en Haití apenas tres meses para su primera misión internacional. El terremoto la sorprendió, junto a otros compañeros, mientras estaba de compras en una tienda de Puerto Príncipe. "El temblor nos pilló ahí dentro", cuenta liberándose por unos minutos del abrazo de sus padres. "Conseguimos salir y entramos en el coche con nuestro chófer. Pero encontramos las carreteras cortadas y tuvimos que seguir a pie hacia la casa de mi compañera Rosa". Para llegar atravesaron, la calle Delmas, una de las avenidas principales de la capital haitiana. "Había caos. Vimos el supermercado más grande de la ciudad, de tres plantas, moderno y supuestamente bien construido, completamente derrumbado. Gente herida y sangre en la calle. Pero, la verdad es que pasamos corriendo, casi sin mirar. No queríamos mirar. Cuando llegamos a la casa de mi amiga, cogimos comida y agua y nos quedamos a dormir en el coche fuera de la casa". Allí se quedaron dos días, ya que la zona era bastante segura. "Pero dejó de serlo cuando se empezó a correr la voz de que allí había comida. Así que dos miembros españoles de la misión de la ONU, amigos de Rosa, nos fueron a recoger porque empezaba a haber pillajes".
Llegan a Torrejón 26 españoles y cinco ciudadanos extranjeros
Entre los evacuados, la hija del matrimonio fallecido en Haití
Desde entonces permanecieron en la base logística de Naciones Unidas hasta que estuvo todo listo para la repatriación. "Fuimos muy afortunadas", repite esta ingeniera de obras públicas de 25 años que trabajaba en Haití en proyectos de potabilización de agua. Ella y sus compañeros están bien, incluso los cuatro que se encontraban en su oficina en la capital y consiguieron con suerte salir de los escombros tras su derrumbe. Entre ellos Ricardo, que al salir del avión contó: "Tuve mucha suerte. Se cayó el techo, pero yo y otros tres compañeros tuvimos suerte y pudimos salir por un agujero".
Una quincena de miembros de la cooperación española volvieron ayer a Madrid. Entre ellos estaba también Carmen, que llegó junto a su nieto y a su marido de nacionalidad haitiana, uno de los cinco extranjeros evacuados con el mismo vuelo. "Estamos muy felices, muy, muy felices y hemos hecho un vuelo estupendo", repetía Carmen.
No todos los repatriados compartían la misma sensación. Entre ellos también se encontraba una de las tres hijas del matrimonio español fallecido en el terremoto, Alexandra Baltroni. Al ver a sus familiares sufrió una crisis de ansiedad y tuvo que dejar la pista en silla de ruedas. Aún no se sabe cuándo podrán ser repatriados los cadáveres de sus padres, Ives Baltroni y María Jesús Plaza, ya que las gestiones en Haití "son muy complejas". Así lo explicó el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos que, junto a la secretaría de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, recibió los evacuados a la bajada de la escalerilla de avión.
El ministro confirmó que los españoles localizados son 87 de los 111 registrados en el consulado de Haití, mientras siguen en paradero desconocido la agente de la Policía Nacional, Rosa Crespo Biel, y la funcionaria de la UE, Pilar Juárez. Moratinos explicó que de momento no están previstas nuevas repatriaciones, ya que los ciudadanos que están ahí no han expresado la voluntad de volver. Al país caribeño viajaban ayer la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y la secretaria de Estado de Cooperación para coordinar las operaciones humanitarias españolas y europeas. Ambas participarán a la reunión que se tendrá el lunes en Santo Domingo para analizar la situación en Haití.
El alivio que finalmente ha podido vivir las familias de los 26 españoles repatriados también llegó a casa de Aurelio Márquez y Aurelio Fernández, dos de los miembros de las cuatro familias españolas que estaban tramitando adopciones desde Haití. Desde el martes no sabían con certeza si sus niños, que se encontraban en el orfanato Maison des Anges de Puerto Príncipe, estaban bien.
"Hemos recibido noticias desde la directora del centro que ha dicho que todos los niños están a salvo", cuenta Fernández, en cuya casa se reunieron ayer los otros padres y la abogada que tramitó los expedientes de adopción. "Salieron del orfanato que corría riesgo de derrumbe y se trasladaron a un local cercano. Dicen que tienen poca agua y muy poca comida". Desde que llegó la noticia del terremoto, estos padres piden a las autoridades españolas que evacuen de forma urgente a sus hijos adoptivos. Las familias aseguraban que la embajada de Haití en España garantizaba que "por su parte no iban a poner trabas". "De momento lo único que sabemos es que el gabinete jurídico de asuntos consulares está gestionándolo", afirma Fernández. "Pero no nos han asegurado nada".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.