Cruzada contra los fumadores
Esta cruzada contra los fumadores me recuerda mucho a la polémica que se organizó con la Ley del Divorcio y en la que, con toda la razón del mundo, se zanjó diciendo a los anti: pues no se divorcie usted. Aquí pasa lo mismo, ya que todavía no conozco ninguna disposición que obligue a los no fumadores a entrar en locales donde está permitido fumar.
Otra cosa son los lugares de obligada convivencia y sin elección posible, como trabajo, transportes públicos, etcétera, donde estas medidas son razonables. Si tanta gente hay a favor del espacio sin humos no sé a qué viene esta batalla, porque serán los mismos locales los que, ante la mayor demanda y sin medidas coercitivas, optarán por ellos, permitiendo sólo los gases infumables de nuestras polucionadas ciudades.
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