¿Cambio de rumbo o de imagen?
Google modificó su política sobre China tras un año negro para su prestigio - Ninguna de las demás empresas que sufrió ataques informáticos ha protestado
Fue aceptable durante cuatro años. Google pudo vivir con la censura del Gobierno chino a los resultados de su buscador sin más incomodidad que la de enfrentarse a las críticas de las organizaciones de defensa de los derechos humanos. Pero el año pasado fue un mal año para la imagen de la empresa. A las acusaciones de violación de los derechos de autor por la creación de su gran biblioteca virtual se unieron dudas sobre el respeto a la privacidad de los usuarios. Y el problema chino de Google se hizo cada vez más grande. Hasta que un ataque a sus servidores provocó la decisión de acabar con la censura y plantearse dejar para siempre el mercado chino.
Muchos medios y analistas se preguntaron durante los años de censura si Google respetaba su espíritu fundacional, resumido en la frase corporativa extraoficial no hagas el mal. En 2009, además, el Gobierno chino bloqueó entonces YouTube y Gmail, ambos propiedad de Google. La censura vivía fuera y dentro de la empresa.
Es improbable un efecto dominó sobre otras multinacionales Microsoft dice que no es su problema y Yahoo se pone "del lado de Google"
Para una organización como Human Rights Watch, Google contribuía a coartar la libertad de expresión en China con tal de conseguir una parte del mercado. Y todo para lograr un volumen de negocio que no supera los 200 millones de euros, según la consultora Piper Jaffray. Es decir, el 2% de los ingresos mundiales de la empresa.
Ahora Google ha conseguido un lavado de cara frente a las organizaciones de derechos humanos. "Lo que han hecho es digno de alabanza", explica Phelim Kine, experto en Asia en la sede neoyorquina de HRW. "Hemos criticado en el pasado que Google haya operado al dictado del Gobierno chino, como tantos otros buscadores de Internet. Es una decisión de justicia, esperada desde hace mucho tiempo y pone el listón muy alto para otras empresas".
Poco ha dicho la empresa sobre el ataque de diciembre, en el que unos hackers relacionados con el Ejecutivo chino penetraron en sus servidores y tuvieron acceso a cuentas de correo electrónico de Gmail de disidentes que residen en Estados Unidos. Google no ha nombrado directamente al Gobierno de Pekín, pero los analistas aseguran que no hubiera tomado una decisión tan drástica sin tener la certeza de que era él quien estaba tras el ataque.
"Fue un ataque muy sofisticado", explica Eli Jellenc, director del departamento de inteligencia cibernética de la consultora iDefense, que trabaja para muchas de las treinta empresas que, junto con Google, sufrieron el ataque. "Google identificó el troyano, y obtuvo las direcciones IP a las que éste enviaba información, localizadas todas en Taiwan. Nosotros contrastamos esas direcciones IP con diversas empresas de defensa e inteligencia aquí en EE UU, y tenemos información fehaciente de que son direcciones utilizadas en el pasado por agencias del Gobierno chino o grupos asociados a él".
El Ejecutivo norteamericano ha matizado, desde entonces, el apoyo que exhibió el miércoles a Google. "Hemos tenido dudas, durante mucho tiempo, sobre temas como los derechos de propiedad intelectual o la calidad de las exportaciones a este país", explicó en conferencia de prensa el portavoz del Departamento de Estado P. J. Crowley. "Pero, en cierto modo, son el tipo de cuestiones económicas que definen nuestra relación con China".
Pocas empresas, ni siquiera las afectadas por aquel ataque de diciembre, como Adobe, han secundado a Google públicamente, temerosas de molestar al Gobierno chino. "Es poco probable que la decisión de Google tenga un efecto dominó inmediato en las demás empresas", explica Michael Cusumano, profesor de administración de empresas del Massachusetts Institute of Technology. "Sus negocios están en juego. Deberían ocurrir muchos más ataques de ese tipo, con mucha más frecuencia, para ver a otra empresa tomar la misma decisión. Al revés, parece que otras empresas pueden beneficiarse de la eventual desaparición de Google en China".
Microsoft es una de ellas. Steve Ballmer, consejero delegado de esa empresa, definió el ataque como "el problema de Google", en una entrevista con Financial Times. "No creo que esto sea un cambio fundamental en el ámbito de la seguridad en Internet", dijo. Yahoo se mostró más conciliador. "Estamos del lado de Google", dijo un portavoz en un comunicado oficial. Pero de dejar de hacer negocios, por cuestiones de derechos humanos, nadie dijo nada.
En cifras
- Google tiene un valor bursátil de 187.000 millones de dólares (129.000 millones de euros), por detrás de Microsoft y por encima de Apple. En lo que va de año baja un 5%.
- Su facturación fue de 15.000 millones de euros el pasado año, último con datos completos. La mitad se logró en EE UU. El beneficio neto, 2.915 millones de euros.
- Una salida de China no afectaría tanto a su resultado como a su ritmo de crecimiento a largo plazo, según JP Morgan Chase.
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