Cataluña, tierra del ERE
La comunidad registró 16 expedientes de regulación de empleo al día el pasado año - Más del 80% son temporales y en empresas de menos de 50 trabajadores
Cataluña ha batido todos los récords. Entre enero y diciembre de 2009 se registraron 3.926 ERE, bien en forma de reducción laboral, de suspensión temporal o por extinción total de su trabajo. Una media de 16 cada día laborable del año y cinco veces más que en 2008. Casi 120.000 afectados, que, en su mayoría, ven recortados sus días de trabajo por la caída de producción industrial. Es la comunidad donde más ERE se presentaron el pasado año.
Los datos conocidos ayer, elaborados por el sindicato UGT, aunque provienen de fuentes oficiales (corresponden a expedientes presentados y registrados en el Departamento de Trabajo) todavía no pueden ser examinados junto a los del resto de España, porque el Ministerio de Trabajo no ha recogido aún los de todas las comunidades. Sin embargo, no hace falta ver las cifras de diciembre para poder asegurar con rotundidad que Cataluña es el reino del ERE. En octubre, con 3.300 expedientes, ya triplicaba los presentados en Andalucía, Galicia y Madrid. También afectaban al doble de personas que en el País Vasco y en la Comunidad Valenciana.
"Esto es por el tipo de empresa que hay aquí. Es sobre todo industria y también empresa bastante grande. El ERE es con lo que se enfrentan a la caída de producción, mientras que en otros sectores como comercio se usa menos", razonaba ayer un portavoz del Departamento de Trabajo. Puntualizó, además, que la mayoría de los llevados a cabo son temporales, un sistema también muy habitual en la industria. Y que no acaban necesariamente en despidos, tal como también subrayó UGT, que exigió que la Generalitat "corra riesgos" e inyecte liquidez en las empresas para evitar otra sangría laboral en 2010.
Es cierto que el mayor número de ERE son temporales, en concreto, el 84%. Suele tratarse de fábricas (sobre todo del sector del metal y la automoción) que han registrado caídas en su producción y, con vistas a recuperarla más adelante, reducen los días de trabajo. En 8 de cada 10 casos, el ERE se aplicó en una compañía de menos de 50 trabajadores.
Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en La Sénia, donde las 50 principales empresas del mueble han aplicado una suspensión de empleo. Y en la industria del automóvil. No sólo Nissan y Seat. Estampaciones Sabadell (ESSA), fabricante de componentes, por ejemplo, ha presentado tres ERE en 2009, el último de los cuales durará hasta septiembre. Y detrás, decenas de trabajadores viven preocupados.
Como Eugenio López, que trabaja en el departamento de calidad de ESSA. Tiene 32 años y lleva casi 10 en la fábrica. Hace 5 años no imaginaba que la producción podía bajar. "Pero en 2008 empezaron a reducirse los encargos, y llegaron los ERE", lamenta. El sector, cuenta, va al mismo ritmo boyante que la construcción. Y ahora está en un hoyo parecido. Actualmente, trabaja un día menos a la semana. "Y yo tengo suerte, porque en departamentos como producción, el recorte es a veces de hasta dos semanas al mes". Menos trabajo. Menos sueldo. "Vivir un ERE es muy duro. No sólo en lo económico. Es la tensión, la incertidumbre, ver mal a tus compañeros", repasa. Al menos, pide, que sirva para algo. "Hemos aceptado hacer el esfuerzo para que la fábrica no cierre. La empresa debe poner de su parte".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.