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Dos golpes contra la explotación sexual en Andalucía

Las víctimas trabajaban en régimen de semiesclavitud en pisos y burdeles

Mónica Ceberio Belaza

Eran obligadas a permanecer en el piso de citas el día entero. En ocasiones se les permitía salir dos horas a dar una vuelta, pero con una autorización previa. Para dormir, pagaban 20 euros al día a cambio de una litera -auténtica cama caliente- que compartían cada 10 mujeres, rotando. Se llevaban la mitad de lo que ganaban en jornadas extenuantes; el resto era para los encargados, que además las amenazaban para que hicieran todo lo que pidiera el cliente, fuera lo que fuera. Incluso drogarse. Las chicas tenían también que distribuir droga y consumirla, según el relato policial y de las tres denunciantes, brasileñas. Las mujeres de los pisos, casi todas de Sudamérica y el Este de Europa, habían venido a España sabiendo que iban a ejercer la prostitución, pero no imaginaron el sistema de esclavitud que les esperaba. Doce personas fueron detenidas en Almería como responsables de explotarlas sexualmente en varias casas.

Otra intervención, llevada a cabo en Málaga, Torremolinos y Córdoba, llevó también a la desarticulación de un grupo con tres clubes gracias a las denuncias de cuatro mujeres. Hubo 38 detenidos: responsables de la organización, el dueño de los locales, los encargados, los porteros y las 'mamis' que controlan a las chicas. En total, a través de las dos operaciones se ha detenido a 50 personas relacionadas con la explotación sexual. Pero la segunda operación, en Málaga, no salió tan bien como se esperaba: los afectados sabían que la policía iba a acudir ese día a hacer detenciones; estaban avisados. Los agentes esperaban poder imputarlos por tráfico de drogas y trata de seres humanos, pero no pudieron encontrar los estupefacientes.

La policía habla en su nota de prensa de 1.000 víctimas, pero no se explica cómo se hace este cómputo y en las intervenciones de los agentes no se han encontrado tantas mujeres. Por lo general se consideran víctimas en este tipo de operaciones todas las chicas que se encuentran en los locales cuando entra la policía y que están en situación irregular. A veces se calcula cuántas mujeres ha traído la red desarticulada desde que empezó a operar, en función de la información disponible. Pero no todas las chicas que están en un club o piso denuncian. Y, de las que no lo hacen, en algunos casos es por miedo a los proxenetas y por amenazas, pero también hay otras que dicen no sentirse victimas. A falta de explicaciones rigurosas, las cifras hay que tomarlas con todas las cautelas.

Con la última reforma de la Ley de Extranjería, que entró en vigor el pasado 13 de diciembre, las víctimas de trata de seres humanos tienen derecho a un periodo de reflexión de al menos 30 días para decidir si quieren o no denunciar a los traficantes o cooperar con la policía. La decisión no suele ser fácil, ya que muchas veces no es sólo su propia vida corre riesgo sino también la de sus familias en el país de origen. Durante este plazo, la víctima tendrá derecho a un permiso temporal de residencia en España. Si tiene incoado un expediente de expulsión por estancia irregular, se suspenderá. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, comentó ayer en rueda de prensa: "Estoy llamando la atención sobre lo importante que es que las mujeres explotadas digan: Basta, ya, y se acerquen a la policía, porque la policía las va a cuidar, a vigilar y asegurar su vida".

La Policía Nacional ha desarticulado dos redes de explotación sexual en Andalucía gracias a las denuncias de algunas de las mujeres.
La Policía Nacional ha desarticulado dos redes de explotación sexual en Andalucía gracias a las denuncias de algunas de las mujeres.

Chivatazo y jamón ibérico

En Málaga alguien se fue de la lengua y los dueños de uno de los clubes, el conocido y lujoso S'candalo de Málaga, esperaban a los agentes tranquilamente con sus abogados y comiendo jamón ibérico: ni rastro de droga ni tampoco de mujeres en situación irregular.El suelo, en el que cada vez que la policía ha acudido ha encontrado restos de alguna papelina con cocaína, estaba limpio como una patena.

Había sólo unas 40 chicas, todas con papeles, en un espacio en el que suele haber más de 80. Los dueños no suelen estar en el club, y menos sus abogados; ese día, casualmente, aparecieron todos ellos por el local antes de la llegada de los agentes.

El trabajo previo y las declaraciones de cuatro mujeres que habían denunciado jornadas de trabajo de más de 12 horas y un pormenorizado control del precio, duración y número de servicios sexuales diarios, permitieron seguir adelante con el caso (que incluía también el S'candalo de Córdoba y otro club de Torremolinos), pero serán complicadas de obtener en Málaga las buscadas condenas por tráfico de drogas. Se tomó declaración a los detenidos pero sólo unos ocho, según fuentes policiales, tienen cargos judiciales en estos momentos. El asunto se ha desinflado por la fuga de información, que no se sabe de dónde ha procedido. En la operación, compleja, habían participado muchas unidades.

Al parecer, la intervención era tan conocida que cuando los agentes, después de lo del plato de jamón, acudieron al segundo club investigado, en Torremolinos, una de las chicas que trabajaba allí les preguntó, sorprendida: "Ah, ¿pero no ibais todos hoy al S'cándalo de Málaga?". Al menos, esa visita parece que sí fue sorpresa.

El S'candalo sigue abierto. Su página web, en la que anuncian sus clubes de Córdoba y Málaga, publicita sus días del cliente: lunes y martes con copas al 50%. Debajo del anuncio, fotos de mujeres desnudas invitan a conocer los "secretos" del lugar.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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