"Un banco con dos presidentes"

Argentina se encaminaba hacia una recuperación del crecimiento económico desde el cuarto trimestre de 2009 y todo hacía pensar que este año iba a crecer por lo menos 4%, gracias a la demanda mundial, sobre todo China e India, por las materias primas y la expansión de Brasil. Tal vez no se desvíe de su senda. Sin embargo, una crisis institucional y política inesperada, como la que se desató por el uso de reservas del Banco Central para el pago de deuda pública, puede dañar la confianza de los inversores y los consumidores.

No es que a Argentina le falten reservas: durante los Gobiernos de los Kirchner (desde 2003) han aumentado de 14.000 millones de dólares a 48.000 millones mediante un robusto superávit comercial basado en el crecimiento mundial y en un tipo de cambio depreciado, que estimuló la exportación y sobre todo la sustitución de importaciones. Incluso en nueve meses se recuperaron las casi 10.000 millones en reservas que en 2006 se usaron para cancelar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Analistas de Wall Street tampoco consideran que Argentina vaya a caer en suspensión de pagos en 2010 si pierde el seguro para los acreedores que supondría el uso de reservas para saldar deudas. Lo que ellos advierten es que esta crisis del Banco de Argentina retrasa la reestructuración de los títulos impagos desde 2001 (el 76% de los 88.000 millones ya se canjeó en 2005 y falta negociar el 24%) y la posterior emisión de nuevos bonos en los mercados.

La deuda argentina se depreció un 9% de media desde el miércoles pasado

Los títulos argentinos retrocedieron de media 9% desde que el miércoles la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, le pidiera la renuncia al gobernador del Banco Central de su país, Martín Redrado, que a su vez se ha negado a dimitir.

El vicepresidente de Argentina y presidente del Senado, el radical Julio Cobos, ex aliado de Fernández, ha convocado a una reunión urgente de líderes de grupos de esa cámara para mañana, en la que se discutir sobre las reservas y la remoción de Redrado. "Hay un banco con dos presidentes", declaró Cobos al periódico La Nación. El jefe del grupo peronista de senadores, Miguel Ángel Pichetto, ha rechazado el convite, mientras que el presidente de la Cámara de Diputados, el peronista Eduardo Fellner, ha llamado a otro encuentro pero informal de los líderes de grupos de su cuerpo. Cobos, los ministros y los legisladores han tenido que interrumpir sus vacaciones del verano austral para regresar a Buenos Aires.

La que reaccionó con dureza contra Cobos es la jefa de Estado: "Que aprenda cuál es el rol del vicepresidente". Lo acusó el pasado viernes de participar de "cuanta discusión contra el Gobierno hay" y reclamó a opositores y jueces: "Dejen gobernar".

"Se hizo justicia", dijo el gobernador del Banco Central después de que la juez María José Sarmiento lo restituyera el viernes por la tarde. Desde entonces el Gobierno la busca para presentarle una apelación, pero no la encuentra. Está encerrada en su casa y ha denunciado que un patrullero de policía la espera en la calle. Ayer, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, declaró que Sarmiento "cometió un grave error" y el jefe del Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, bromeó: "Esta novela se tendría que llamar Juez se busca". Un poco de humor para una tormenta política de verano que no es chiste.

El problema de fondo es que el Gobierno ha pretendido usar reservas y deponer al gobernador mediante decretos de necesidad y urgencia que deben ser revisados por el Congreso. Y el Legislativo, a partir del pasado 10 de diciembre, ya no está más controlado por el kirchnerismo, después de la derrota que sufrió en las elecciones de mitad de período presidencial del 28 de junio. Este nuevo escenario político complica la gestión de Fernández, si es que no está dispuesta a negociar con la atomizada oposición. Todas estas fuerzas se han presentado en los tribunales para rechazar el cobro de las reservas.