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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Air Comet, en barrena

La mala gestión en la aerolínea del presidente de la CEOE pone en cuestión al propio Díaz Ferrán

La aerolínea Air Comet, de la que es presidente y copropietario Gerardo Díaz Ferrán, a su vez presidente de la patronal CEOE, ha entrado en barrena, dejando a 7.000 pasajeros en tierra sin poder volar estas navidades; a muchos otros, afectados para fechas algo más lejanas; a 640 empleados que llevaban meses sin cobrar, al borde del inminente desempleo; y a bancos internacionales, a Caja Madrid y a la Seguridad Social ante deudas de más que difícil recobro.

Aunque no sea lo más grave a largo plazo, lo más urgente de esta singular crisis empresarial es resolver las situaciones personales de los viajeros perjudicados, que ayer mismo expresaron ruidosa y lógicamente su enfado.

Así lo ha entendido el Ministerio de Fomento, quien venía confiando en un desguace ordenado y escalonado, para lo que intermedió ante el banco alemán cuya demanda actuó como detonante de la crisis final. Sólo cabe inquirir si tanta confianza no revelaba un exceso de ingenuidad, pues las señales de alarma sobre la situación económica y laboral de la compañía menudeaban desde hace meses.

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Pero lo más sorprendente es que un personaje de la relevancia que se le supone al presidente de la patronal haya gestionado la crisis de la manera como lo ha hecho. Hay que ser precisos: se cuestiona la calidad en la gestión de la crisis de la aerolínea, no el hecho mismo de la crisis.

Todas las compañías del sector se han visto perjudicadas por el alza del precio del petróleo, primero, y el brusco descenso del flujo de pasajeros, después, entre otros fenómenos adversos.

Pero la mayoría ha emprendido estrategias de recorte, fusión o redimensionamiento. Mientras, todo indica que, intencionadamente o no, Air Comet ha llevado a engaño a todos y cada uno de sus interlocutores. A sus trabajadores, a quienes adeuda hasta ocho meses de sueldo. A Caja Madrid, de la que Díaz Ferrán es consejero, por un crédito que le ha supuesto un expediente. A otras entidades financieras. Al propio ministerio.

No es ése el tipo de conducta que se espera del patrón de los patronos. Ni tampoco que consiga, como consiguió, el refrendo de sus pares mediante la argucia de un imprevisto cambio en el orden del día de la junta de la CEOE. Haría bien en retirarse, cuando quizá esté aún a tiempo, antes que perpetuarse perjudicando a la institución que representa.

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