Air Comet prepara el concurso de acreedores y el despido de la plantilla
Un juez británico embarga los aviones de la aerolínea del presidente de CEOE
Air Comet, la aerolínea perteneciente al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, está a punto de tirar la toalla tras meses de agonía, en los que han aflorado 16 millones de euros de deuda con la Seguridad Social, las nóminas de varios meses por pagar a sus trabajadores, huelgas e incidencias. La puntilla se la dio ayer un juez británico, que decidió el embargo y la inmovilización de los aviones por una deuda de 17 millones de euros. La compañía suspendió todos los vuelos del día y comunicó a los trabajadores que hoy presentaría un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a toda su plantilla, unas 640 personas, y un concurso de acreedores voluntario (antigua suspensión de pagos).
Anoche, la compañía del grupo Marsans, de Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, reunió a su gabinete de crisis para buscar "soluciones a la viabilidad de la compañía". Al filo de las 00.30, los directivos de Air Comet recibieron una contundente comunicación del Ministerio de Fomento. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea, AESA, les daba un plazo de 12 horas para que presentaran un plan que asegurase el cumplimiento de sus obligaciones con los pasajeros. En el mismo comunicado se emplazaba a la compañía a prestar especial atención al traslado de los viajeros en ruta: los que han realizado un desplazamiento de ida entre España y países de América Latina, o viceversa, y deben retornar a su lugar de origen.
Infracción muy grave
La contundencia de Fomento va más allá. El ministerio ha decidido abrir a Air Comet un expediente por infracción muy grave, al haber abandonado a los viajeros, y le amenaza con una posible sanción de hasta 4,5 millones de euros. Además, le advierte de que si sigue incumpliendo sus obligaciones, será el propio ministerio quien asuma de forma subsidiaria, con cargo a Air Comet, la obligación de traslado de los pasajeros a su destino. Se dará prioridad a las situaciones de urgente necesidad.
La resolución de AESA se produjo ante la falta de respuesta por parte de la compañía aérea al emplazamiento previo que le hizo la Dirección General de Aviación Civil.
La sentencia emitida ayer por un tribunal de la Corte Suprema de Londres, que puede desembocar en el cierre de la compañía, establece una orden de embargo sobre los 13 aviones de Air Comet, propiedad de la empresa irlandesa Astra y también del grupo Marsans. Todo por el impago de un crédito de 25 millones de dólares (17,2 millones de euros) con el alemán Nord Bank, que había financiado el arrendamiento (leasing) por el que este banco presentó una demanda. La medida ha congelado el clavo ardiendo al que se agarraba la aerolínea, el proceso de venta al grupo inversor de Arnold Leonora, que había pactado un precio simbólico y que ha paralizado la inyección de capital prevista en Air Comet.
Fuentes sindicales explicaron a este diario que el juez puso dos condiciones: "Que dejaran de vender billetes desde el viernes y que dejasen de operar desde hoy". Como solución, "la compañía dice que puede seguir volando hasta el día 11 si alguien se hace responsable de la multa económica que comportaría hacerlo".
Las deudas totales de Air Comet pueden ascender a 100 millones de euros si se suman, entre otras cosas, los sueldos que la plantilla tiene pendientes de cobrar (unos 2,5 millones) o lo que debe a la Seguridad Social (cerca de 16 millones de euros), así como otros préstamos, según fuentes sindicales citadas por la agencia Efe.
El fiasco de Air Comet, que llevaba ya desde el sábado sin vender billetes, puede dejar varados a unos 1.500 viajeros diarios en España estas Navidades, según los cálculos sobre la programación de vuelos a América Latina, que anoche citaron los sindicatos.
Asociaciones como FACUA y UCE se apresuraron a reclamar a la compañía que dé la cara y compense a sus clientes, y apuntaron que el concurso de acreedores no implica necesariamente el cese de actividad, aunque en este caso, es la paralización de la flota la que deja a la compañía con las manos atadas. Al conocer la noticia, los trabajadores se concentraron en el aeropuerto de Barajas para protestar.
Curiosamente, cuando Air Madrid hizo aguas en diciembre de 2006 y dejó colgados a sus clientes, fue Air Comet quien se ofreció a transportar a aquellos viajeros por unos 200 euros y recolocar a parte de los trabajadores.
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