Una rifa para pagar la hipoteca

La copistería tocó fondo hace un mes y hubo que cerrarla. Alfredo San José y su mujer, Ester, sufren desde entonces para sacar adelante a la familia. Por eso han decidido sortear su casa, un piso en Breda de 110 metros, en la comarca gerundense de la Selva. Sacan a la venta un mínimo de 8.000 papeletas a 50 euros cada una. Los 400.000 euros servirán para pagar la hipoteca (256.000 euros), acabar con las deudas y empezar una vida nueva sin números rojos. "Esa casa ha visto nacer a mis hijas, pero no tengo más opción", dice Alfredo, de 49 años.

Eso es lo que ellos harían en el mundo ideal. Pero en el real la cosa no es tan sencilla. Las rifas de pisos de personas físicas para ganar dinero están prohibidas en Cataluña. El decreto 294/1995, que regula los sorteos, sólo permite tres tipos de rifas: benéficas, de utilidad pública y menores (valor máximo de 3.000 euros). La de Alfredo no responde a ninguna de las tres clases. El reglamento obliga, además, a pedir permiso al Departamento de Interior con un mes de antelación antes de organizar el sorteo. "Estamos estudiando el caso, pero en principio no se ajusta a la ley y no nos consta que hayan pedido ningún tipo de autorización", confirma una portavoz de Interior.

La noticia ha cogido por sorpresa a Alfredo. Asegura que acudió junto con su abogada a la Dirección General de Juegos y Espectáculos de Cataluña, donde le explicaron que no había ninguna ley que regulara el tipo de rifa que él propone (no se venden boletos propiamente dichos, sino que se hace el ingreso directamente en una cuenta bancaria). Ante el supuesto vacío legal, optó por seguir adelante.

Mientras el Departamento de Interior estudia si abre un expediente por este caso, www.sorteo2pisos.com acumula visitas. Tantas, que ayer se saturó por exceso de tráfico. La página web recoge las bases del concurso. En el caso de que se vendan más de 16.000 participaciones, los tíos de Ester rifarán también su piso de 90 metros cuadrados en Sant Pere de Vilamajor (Vallès Oriental). La pareja asegura que se ha quedado en el paro y que no puede hacer frente a la hipoteca.

La iniciativa la pusieron en marcha a finales de noviembre. Desde entonces al menos 2.000 personas se han interesado por la rifa, aunque no están seguros de cuántas han ingresado los 50 euros en la cuenta bancaria. Está previsto que el sorteo se celebre el 2 de febrero. El bombo, en lugar de números, tendrá el nombre de los pagadores. Si no llegan a los 8.000 participantes, la rifa se suspenderá. Los organizadores devolverán el dinero, pero se quedarán con el 10% de los 50 euros por gastos bancarios.

No es el primer intento en España de rifar un piso. En mayo del año pasado Miguel Marina trató de vender su piso en Ciempozuelos (Madrid) por papeletas a cinco euros. Al final, cejó en su empeño porque Hacienda le pedía el 15% por adelantado de los beneficios. En Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès), una empresa, el grupo Rob, anunció el sorteo de 31 pisos que no lograba vender en el mercado. La fórmula era la misma: papeletas a 50 euros. Interior les denegó la autorización.