China tiene en sus manos la clave para salvar Copenhague
Pekín se resiste a aceptar un escrutinio de sus emisiones
El éxito o fracaso de la Cumbre del Clima, que debe terminar hoy en Copenhague, depende cada vez en mayor medida de China. El gigante asiático, primer generador de CO2, era ayer presionado para que acepte un escrutinio internacional de sus emisiones. Hillary Clinton dio un paso importante al ofrecer, por primera vez, dinero de EE UU para el fondo internacional que ayudará a los países pobres. Pero sólo si a cambio Pekín asume la "transparencia".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Asia oriental
- Copenhague
- Efecto invernadero
- Cumbre Copenhague 2009
- Cmnucc
- China
- Cumbre del clima
- Política exterior
- Estados Unidos
- Dinamarca
- Cambio climático
- Cumbres internacionales
- ONU
- Escandinavia
- Relaciones internacionales
- Organizaciones internacionales
- Europa
- Asia
- Relaciones exteriores
- Problemas ambientales
- Medio ambiente
- Sociedad