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La guera del cine en Cataluña

Las distribuidoras plantean eludir la cuota de catalán reduciendo copias

Los exhibidores proponen una red comercial alternativa con 53 pantallas

Prefieren no hablar de guerra, sino de búsqueda de acuerdos, pero la presentación ayer en Barcelona de la propuesta de la red de cine en catalán que han diseñado el Gremio de Cines de Cataluña y la Fedicine (que agrupa a las principales distribuidoras) estuvo llena de veladas amenazas. Luis Hernández de Carlos, presidente de la Fedicine, dio por supuesto que si sigue adelante recurrirán la ley del cine de Cataluña tanto en las instancias nacionales, incluido el Constitucional, como en las europeas. Tras hacer una llamada a la Generalitat para que retire este anteproyecto de ley que implica la obligación de doblar al catalán la mitad de las copias de películas que se estrenen en más de 15 pantallas, Hernández de Carlos indicó que si se aprueba, las distribuidoras estadounidenses cumplirán la ley, pero no aceptarán las cuotas. La manera de hacerlo, señaló, podría pasar por reducir el número de copias en los estrenos de manera que sólo se distribuirían 15 por título.

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Esto pasaría factura a los exhibidores, dice Camilo Tarrazón, presidente del gremio, ya que muchas salas se quedarían sin la posibilidad de exhibir las películas más taquilleras. Incluso sin llegar a estos extremos, Tarrazón indicó que calculan que la puesta en marcha de la futura ley "pondría en riesgo de cierre a 45 empresas catalanas que dan trabajo a 1.786 trabajadores" y supondría unas pérdidas de unos cinco millones de euros a los tres meses de aplicación de la norma. "Es una mala ley, innecesaria e inviable", añadió Tarrazón, para quien perjudicará especialmente a las salas pequeñas y a las distribuidoras independientes ya que reducirá en un 15% el número de títulos que podrán estrenarse al verse obligadas las salas a exhibir el mismo filme en los dos idiomas.

Los exhibidores calculan una caída de asistencia del 20% en el primer año de aplicación de la ley, lo que agravará la crisis existente por culpa de la piratería y el cambio de hábitos de los espectadores. Además consideran que estos descensos en los beneficios se verían agravados por la obligación que también prevé la ley de destinar un 5% de la recaudación de taquilla a la mejora y adaptación tecnológica de las salas. En conjunto, estas medidas derivarían en un aumento del precio de las entradas.

Como alternativa, los exhibidores piden un acuerdo con la Generalitat para crear una red de cines en catalán que estaría integrada por 53 pantallas repartidas por toda Cataluña. "Ofrecemos una pantalla en catalán en los complejos multicines con más de tres salas, lo que supone aumentar la oferta un 148%", afirmó el presidente del gremio, que agrupa a la mayoría de las empresas exhibidoras, con un total de 552 pantallas en 91 cines, lo que supone que cuenta con el 81% de la cuota del mercado del cine en Cataluña.

Para poner en marcha esta red alternativa, que han bautizado como La Xarxa, los exhibidores ponen condiciones. Por una parte, que la Generalitat asuma todos los gastos, tanto las posibles pérdidas que pudieran tener las salas por el hecho de programar cine en catalán como el coste del doblaje. Sobre este punto, Tarrazón indicó que actualmente es la Generalitat la que decide qué películas se doblan y reclaman poder participar en la elección de los títulos. Por otra, exigen que se retiren de la ley las cuotas, el impuesto sobre la exhibición, la obligación de destinar parte de la recaudación a la mejora de las salas y el proyecto de crear una red concertada de pantallas para ofrecer cine no comercial.

"Se trata de buscar soluciones y alternativas, no enfrentamientos", aseguró Luis Hernández de Carlos. "No tenemos ninguna animadversión respecto al fomento del cine en catalán, pero no creemos que eso deba tener un coste para los operadores económicos privados. Cualquier acción de promoción de la lengua catalana requiere consenso y que sea sufragada con fondos públicos".

"Nuestra red alternativa podría aplicarse de inmediato si hay acuerdo con la Administración, no necesitaría esperar a 2012, cuando se aplique la ley", afirmó Tarrazón. "Para demostrar el compromiso del sector con el catalán, haremos una previa este sábado, en el que estas 53 pantallas programarán todo el día cine en catalán con los títulos que ahora hay disponibles", añadió el presidente del gremio. En principio, la oferta incluirá la versión catalana de películas como Planet 51, Pluja de mandonguilles, Millenium II, Bulling, A la deriva y Eloise.

Desde la Generalitat, ayer insisteron en que esta propuesta "es insuficiente. "En total supone sólo pasar del 3% al 7,5%, una proporción mínima que no garantiza en absoluto la paridad entre las dos lenguas oficiales en Cataluña, y eso significa que no está garantizado el derecho del ciudadano a escoger", recordó un portavoz de Cultura. El miércoles, el secretario general de Cultura, Eduard Voltas, ya se adelantó a esta presentación asegurando que en un primer momento se había ofrecido a las majors (nombre con el que se conoce a las principales distribuidoras estadounidenses, agrupadas en la Fedicine) una propuesta muy ventajosa en la que la Generalitat asumía todos los gastos del doblaje y además aportaba otros fondos para la promoción del cine en salas. Luis Hernández de Carlos no quiso entrar en esta polémica, aunque reconoció las negociaciones. "Nosotros en ningún caso podemos aceptar las cuotas porque esto supone abrir la caja de Pandora", afirmó. "Si aceptamos esto se nos abre un problema grave en otras zonas con lengua propia, tanto en España como en Europa". En este sentido, reconoció que el problema no es tanto de dinero como de principios. Se trata de no crear predecentes.Para el presidente de Fedicine, La Xarxa es la mejor alternativa. "Nosotros decimos que no hay demanda de cine en catalán y ellos que no hay oferta. Hagamos la prueba, dejemos que sea el mercado el que decida con esta red comercial que nos permitirá ver en un año si hay suficiente público o no. Veamos cómo funciona. Si nos equivocamos, rectificaremos".

Hernández de Carlos finalizó su intervención solicitando una reunión con el Departamento de Cultura "para sacar adelante este tema y encontrar una solución". En el Departamento de Cultura sorprendió ayer esta petición: "Nuestros teléfonos siempre han estado disponibles".

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