EE UU se declara decepcionado
El Gobierno de Estados Unidos expresó ayer su decepción por la decisión del Congreso de Honduras de no reinstaurar en la presidencia del país al presidente depuesto, Manuel Zelaya, al que definió como el mandatario legítimo hasta que el presidente electo en los comicios de la semana pasada, Porfirio Lobo, tome posesión de su cargo, el 27 de enero.
El máximo responsable para América Latina dentro del Departamento de Estado, Arturo Valenzuela, reconoció, sin embargo, que "la decisión del Congreso se realizó de manera transparente y abierta" y cumple con el Acuerdo de Tegucigalpa-San José, firmado por las partes el pasado 30 de octubre.
Valenzuela pidió a los líderes políticos de Honduras que cumplan el resto del pacto y que "tomen las medidas necesarias para resolver la crisis, instaurando un Gobierno de unidad nacional y creando una comisión de la verdad", tal y como estipula el acuerdo.
Estados Unidos no considera las elecciones del pasado domingo, que respalda, como un final a la crisis, sino "un paso más en el camino hacia el día en el que un Gobierno legítimo se instale en Honduras y se llegue a la reconciliación nacional".
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, declaró ayer que la Unión Europea tiene ya una base de consenso sobre la posición ante las elecciones hondureñas, que se fijará la próxima semana en Bruselas. Moratinos telefoneó el martes pasado al presidente electo, Porfirio Lobo, para "intercambiar impresiones", informa Europa Press. El ministro abogó por un "gran acuerdo nacional" que permita superar la crisis, mensaje que Lobo acogió "favorablemente".
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