El lotero de Sort 'pierde' su aerolínea
Numbair, que debía volar en 2010, se dedicará a la compraventa de aviones
Numbair, una de las últimas aventuras empresariales del propietario de la administración de lotería La Bruixa d'Or, Xavier Gabriel, no verá la luz tal como había proyectado. El lotero de Sort ha decidido cancelar su proyecto de compañía de vuelos privados y reconvertirlo en una empresa de compraventa de aeronaves. Numbair, la sociedad que el emprendedor ilerdense creó hace dos años para estrenarse como empresario de la aviación, ya ha cerrado su primera venta de un avión.
"Decidí cambiar el proyecto hace unos meses, por la poca agilidad en los trámites, por las pocas facilidades y el poco apoyo que he sentido", se queja Gabriel. La apuesta por el negocio de los aviones tiene base: "Para la compra de un avión la espera es de tres o tres años y medio. Si yo me pongo en las listas de espera, cuando me llega al turno le ofrezco el avión al que está 100 puestos por debajo de mí por un precio algo superior y lo compra encantado", resume.
Xavier Gabriel se queja de las dificultades administrativas
Numbair tenía previsto volar con pequeños reactores a destinos europeos y el norte de África, y había apalabrado la compra de cinco aviones que le iban a ser entregados a partir de 2010, con una inversión de 19 millones de euros. Gabriel impulsó el proyecto en un momento de boom de la aviación privada en el mercado español, cuando suponía ya el 6% de todos los desplazamientos aéreos. Este segmento de negocio del transporte aéreo no ha sido inmune a la crisis, pero el lotero de Sort asegura que la decisión de convertir la misión de Numbair en el traspaso de aviones no tiene que ver con la coyuntura económica, sino con las dificultades de la puesta en marcha de un negocio de aviación.
Para Gabriel, "con 50 empresas y 30 particulares al año ya tiene viabilidad un negocio así, y esa cantidad de público se mantiene con la crisis. El perfil de cliente que quiere un avión privado lo sigue queriendo". Los vuelos de Numbair, que iban a tener un precio ligeramente superior al de volar en primera clase, iban dirigidos principalmente a profesionales de los negocios, y esperaba llegar a mover a 15.000 pasajeros anuales.
La espinita de contar con su propia compañía, de todas maneras, se le ha quedado clavada y no descarta reintentarlo.
Porque Xavier Gabriel tiene verdadera debilidad por la aventura. Será, si el proyecto fructifica, el primer español que se embarcará en los primeros vuelos suborbitales de Richard Branson, otro empresario polifacético, dueño del imperio de Virgin. Se trata, en realidad, de vuelos suborbitales que permiten sentir la gravedad cero y contemplar la Tierra desde fuera por 200.000 dólares (unos 133.000 euros).
Y este proyecto, el de Virgin Galactic, también lleva retraso, ya que la compañía ha decidido cambiar el modelo de aeronave que llevará a los viajeros a tocar unos minutos la ilusión de sentirse astronauta. Los primeros vuelos estaban previstos para 2009, pero Gabriel calcula no menos de un año para poder embarcarse en su peripecia.
Al sueño aeronáutico de Gabriel, además, no le faltarán infraestructuras en el futuro en Cataluña si finalmente reactiva su proyecto de línea aérea. Contará con la nueva zona para vuelos ejecutivos en El Prat, el futuro aeródromo corporativo de Igualada y el ya acabado de construir aeropuerto de Alguaire.
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