Un juzgado limita la posibilidad de elegir centro concertado
El Juzgado de lo Contencioso Administrativo 10 de Sevilla ha negado la escolarización de una niña en un colegio concertado religioso de Sevilla (el Portaceli) porque sus padres pidieron como segunda opción un colegio público. El juzgado, según publicó ayer El Mundo, desestima la petición de los padres para que se amplíe el número permitido de alumnos por clase y dar así cabida a la niña, como se ha procedido en otras ocasiones.
Hasta ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) había amparado por sistema a los padres que habían recurrido cuando sus hijos no lograban entrar en el colegio concertado que ellos querían. El TSJA consideraba que las preferencias de la familia, que apostaban por una enseñanza religiosa, estaban por encima de la política de ratios (alumnos por clase), que intenta limitar el número de estudiantes en el aula para mejorar el rendimiento.
Sin embargo, la actual sentencia de este tribunal sevillano sostiene que el derecho a recibir una formación religiosa "precisa como ineludible sostén fáctico que los padres hayan manifestado una clara, inequívoca e incondicional voluntad de que su hijo sea educado en un centro concertado". En este caso, los padres de esta menor escogieron como segunda opción un colegio público y aconfesional, por lo que el juzgado sostiene que "tal educación de índole moral y religiosa no la conciben como algo esencial e ineludible".
Escolarización
La Consejería de Educación andaluza aseguró ayer que "en ningún caso las creencias religiosas del solicitante constituyen un criterio de escolarización". Educación sostuvo que "la obligación de ofrecer una enseñanza religiosa (...) es igual para los colegios públicos y concertados".
Y la Confederación Católica de Padres de Alumnos y Familias (Confapa) criticó también la actitud de los padres laicos que solicitan escolarizar a sus hijos en centros religiosos y que lo hacen en detrimento de otros padres católicos "que sí tienen interés en que sus hijos reciban esta formación religiosa pero no pueden hacerlo porque no tienen ninguno cerca de sus domicilios". Según Confapa, hay muchas familias católicas que ven "con incomodidad cómo otros padres que no tienen el más mínimo interés en el ideario católico consiguen plaza para sus hijos en esos colegios".
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