Un puente para acercar la innovación al usuario
El alumbrado de la vía pública "cien por cien ecológico y sostenible" no es un sueño: basta con colocar en las farolas un dispositivo fotovoltaico que ha ideado una pequeña firma catalana de arquitectura y dejarán de funcionar con electricidad para hacerlo con energía solar. Muchas ideas innovadoras como ésta surgen de las empresas o de centros de investigación como la Universidad, pero el camino para que estos avances lleguen al mercado de manera que el usuario pueda disfrutar de ellos se halla a menudo plagado de obstáculos. Eliminar estas "piedras en el camino" es el objetivo de Kimbcn (Knowledge Innovation Market Barcelona), una empresa nacida bajo el impulso de la Cámara de Comercio de Barcelona y del Centro Tecnológico Leitat, con el apoyo de la Generalitat, ACC1Ó y el Ayuntamiento de Barcelona. "Nuestra misión es acelerar el proceso de transferencia de tecnología, acortar el tiempo de llegada al mercado de las innovaciones que surgen en las empresas o en los centros de investigación e innovación", explica Eusebi Cima, presidente de Kimbcn. Empresas como la que ha ideado las farolas fotovoltaicas, a menudo sin medios para sacar provecho comercial de sus innovaciones, hallan en Kimbcn un apoyo para el lanzamiento de su producto: la compañía realiza estudios de mercado, define estrategias de comercialización e incluso aporta mejoras tecnológicas al proyecto si las halla en los centros de conocimiento.
Cima sostiene que si bien ya existen otras iniciativas, la mayoría institucionales, que se proponen tender puentes entre el conocimiento y el mercado, la realidad muestra que el rico y diverso tejido industrial catalán, basado en pequeñas y medianas empresas, "a menudo no acaba de encontrar respuesta a sus necesidades tecnológicas". Kimbcn se propone remediar este problema desde una óptica nueva: centrándose en la demanda de tecnología de las empresas. Los 40 expertos que integran la plantilla de Kimbcn tienen por misión visitar a las empresas -el año pasado fueron unas 600- para conocer in situ sus necesidades en materia tecnológica y de innovación, y buscarles una respuesta "allí donde se produce el conocimiento". "Si no la encontramos en las universidades o centros de investigación españoles, acudimos a otros países", destaca Cima. "La tecnología no es local, sino global. ¿O Silicon Valley sería lo que es si se hubiera proyectado con una vocación local y pensado como un espacio para unos pocos investigadores, unas pocas empresas o unas pocas instituciones?", dice el presidente de Kimbcn.
No sólo las empresas pueden beneficiarse de la labor de esta compañía, creada hace poco más de un año. La investigación básica que generan las universidades se publica en revistas especializadas, pero a menudo ahí acaba todo. "Nosotros evaluamos un proyecto de investigación, le ponemos valor y salimos a venderlo", dice Cima. La filosofía de la innovación abierta, cuyo padre, Henry W. Chesbrough, forma parte del comité de expertos de Kimbcn, rige la actividad de la empresa. Cima la resume así: "Para lograr sus objetivos en innovación, las empresas han de entender que los mejores expertos no están dentro de sus muros, sino fuera de ellos".
Fiel a su vocación "global", la compañía proyecta abrir sedes en España (Madrid y Andalucía contarán con una oficina de Kimbcn gracias al impulso de las cámaras de comercio locales) y en países como Alemania o Estados Unidos, en Silicon Valley. Kimbcn prevé cerrar 2009 con una facturación de 750.000 euros y su objetivo es ir reduciendo las aportaciones de las administraciones, que representan hoy el 30% de su presupuesto, de 1,5 millones de euros.
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