Irán se resiste a enviar al exterior su uranio enriquecido
Teherán propone a Occidente canjear el combustible en su territorio
El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manuchehr Mottakí, aseguró ayer que su Gobierno no va aceptar enviar uranio al exterior para su reenriquecimiento. Sus palabras refuerzan la idea de que Irán rechaza la oferta que el mes pasado le hizo el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, para desbloquear la crisis por su programa nuclear, y descartan la última sugerencia de éste para que Turquía actúe de garante. Sin embargo, Teherán aún no ha dado una respuesta oficial.
"Irán no va a enviar su uranio enriquecido al 3,5% fuera del país", declaró Mottakí, según la agencia semioficial ISNA. La propuesta de El Baradei, cuya filosofía Teherán aceptó en Ginebra el 1 de octubre, consiste en que los iraníes envíen dos tercios de su uranio a Rusia y Francia para que allí sea reenriquecido hasta el 20% que necesitan para su reactor de investigación médica. Sin embargo, una vez establecidas las condiciones técnicas del intercambio durante una posterior reunión en Viena, encontró una dura oposición en todo el espectro político iraní.
El régimen iraní rechaza también la intermediación de Turquía
En lo que parece un nuevo globo sonda para tratar de retrasar la respuesta al OIEA, Mottakí dijo que están "considerando hacer el intercambio de uranio dentro de Irán". Eso descarta la última sugerencia de El Baradei quien, para salvar la desconfianza iraní, buscó que Turquía garantizara ese canje en su territorio.
El ministro dejó además en el aire qué pasaría con el uranio poco enriquecido que entregarían a cambio del que necesitan. Algunos responsables han sugerido que podría almacenarse en Irán bajo la supervisión del OIEA. Tal posibilidad vacía de contenido el acuerdo propuesto por El Baradei, cuyo objetivo era precisamente sacar ese uranio para disminuir el riesgo de que Teherán fabrique una bomba atómica.
Mottakí reiteró que Irán prefiere comprar el uranio que necesita o enriquecerlo por sus propios medios. Sin embargo, las sanciones internacionales le prohíben esa adquisición, y si insiste en enriquecer por encima del 5%, sólo confirmará las sospechas occidentales de que su programa nuclear tiene ambiciones militares. Hasta donde se sabe, carece de la tecnología para encapsular el uranio al 20% en barras de combustible para su reactor médico.
"La idea de que Irán no ha respondido es pura propaganda", desestimó el ministro, quien afirmó que lo había hecho, pero que las grandes potencias "quieren que nuestra respuesta sea lo que ellos nos dictan". Las autoridades iraníes tratan de convencer a su opinión pública de que quieren negociar y de que son esas potencias las que tienen que responder a sus exigencias.
Teherán tenía que haber contestado al OIEA el viernes 23 de octubre, pero pidió más tiempo. El jueves siguiente, su representante entregó una contrapropuesta oral no oficial a El Baradei, quien ha pedido a Irán una respuesta clara y por escrito.
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