Grietas en el PP
Aguirre pide a Rajoy la cabeza de Cobo y agrava la sensación de falta de autoridad en el partido
Caja Madrid, la cuarta entidad financiera de España, se encuentra hoy triturada en medio de la guerra abierta entre dos facciones del PP, la de quienes defienden a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, y la de los partidarios de Mariano Rajoy, presidente del PP. Ayer, el Comité de Derechos y Garantías del PP de Madrid decidió enviar a la dirección nacional del partido unas declaraciones del vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, publicadas por EL PAÍS, en las que, entre otras cosas, consideraba "de vómito" el tratamiento infligido por los aguirristas a Rodrigo Rato, candidato de Rajoy a presidir Caja Madrid. El comité madrileño, controlado por Aguirre, pide ahora la cabeza de Cobo. En un paisaje político en el que el cinismo, la hipocresía y las falsedades son moneda común en boca de muchos dirigentes, resulta vivificante la sinceridad y honestidad de Cobo al proclamar, aun a riesgo de tirar por la borda su carrera política, lo que muchos otros, dentro y fuera del PP, piensan de Aguirre y su equipo.
El enfrentamiento entre Rajoy y Aguirre amenaza con derruir la ya muy precaria estabilidad interna del PP. La dirección nacional tendrá que decidir sobre las declaraciones del vicealcalde y caben pocas dudas de que, decida lo que decida, enconará todavía más las diferencias entre las facciones en liza. La única solución satisfactoria para la cohesión interna del partido y para la buena marcha de Caja Madrid es que la candidatura de Ignacio González sea retirada. Porque el candidato de Aguirre es el peor de los propuestos; y lo es no sólo por la ausencia de cualquier experiencia financiera de González, frente a la trayectoria de Rodrigo Rato o Luis de Guindos, sino porque, además, con él en la presidencia, Caja Madrid correría el riesgo de convertirse en la ventanilla financiera de la Comunidad. En cualquier caso, la experiencia muestra que la dinámica de estos procesos desemboca en la falta de viabilidad de todos los candidatos arrastrados (a su pesar) prematuramente a la batalla, y que resulta necesario entonces encontrar un nuevo candidato de consenso.
Rajoy paga ahora su debilidad ante los casos de espionaje en Madrid -la gestapillo montada por la Comunidad de la que ayer hablaba Cobo- y la trama Gürtel, entre otros. Cuando el responsable de un partido político renuncia a resolver un problema grave y se limita a ignorarlo, pierde credibilidad y el partido suele desangrarse por falta de autoridad. Caja Madrid necesita inmediatamente un gestor. Hay que tomar decisiones urgentes sobre su red de oficinas, la política de empleo, su disponibilidad para fusionarse con otras cajas y su recapitalización. En lugar de reforzar la gestión, Caja Madrid está hoy sometida a una torsión política que socava su posición. Mientras, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, se permite hacer un llamamiento a "la lealtad, la prudencia, la disciplina y la discreción". Música celestial.
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