El 'lehendakari' reivindica el Estatuto como "una fórmula política abierta"

Los debates teñidos de pasado no acaban de dar paso a los nuevos en el Parlamento. El pleno de control de ayer quedó atravesado por cuestiones redundantes e intercambios mil veces repetidos. Fueron desde el cuestionamiento de EA al Gobierno por no haber repudiado el saludo que le dedicó el grupo ultraderechista Falange y Tradición a su llegada al poder a la petición de dimisión del consejero de Interior por no pedir perdón a la familia de un miembro de ETA fusilado por el franquismo en 1975, tras impedir la Ertzaintza su homenaje en Zarautz, pasando por debates estériles entre el Gobierno y el PP en materias como la actuación contra el terrorismo, en las que están básicamente de acuerdo.

El PNV, Aralar y EA confrontan con López en el pleno de control

El aniversario del Estatuto sobrevoló también el pleno de control al Gobierno, en un intercambio entre el lehendakari, Patxi López, y el portavoz del PNV, Joseba Egibar, y en otro entre la portavoz del Gobierno, Idoia Mendia y el parlamentario de EA, Jesús María Larrazabal. Una tercera interpelación de UPyD en relación con la posición de los jóvenes ante la violencia dio pie a López ara afirmar que ésta será "la legislatura de la deslegitimación de ETA y su ideología".

La críptica interpelación de Egibar a López sobre sus propósitos para "el desarrollo político de la expresión de la nacionalidad del Pueblo Vasco o Euskal Herria", contenida en el Estatuto de Gernika se hizo comprensible cuando la concretó en la pregunta de si piensa reformar el Estatuto y si para ello tomará como "documento de arranque" el proyecto de Nuevo Estatuto, el plan Ibarretxe, aprobado en 2004.

Egibar recibió de López como respuesta una defensa cerrada del Estatuto como "punto de encuentro" y como el instrumento que "constituye a Euskadi como comunidad política". El lehendakari no pronunció la palabra "reforma", mientras que Egibar volvió a reprocharle que sustituya el término "pueblo" por el de "sociedad", un cambio semántico al que atribuyó la intención de cerrar el acceso al derecho a decidir y a la constitución de un Estado propio. López sí dejó sentado que concibe el Estatuto y el autogobierno "como fórmula política abierta". "Nada hay inmutable" y la política supone "una negociación entre diferentes que nunca termina". El lehendakari señaló que el Estatuto no sólo es un texto que pueda ser discutido, sino "la fórmula que hace posible que usted y yo estemos juntos en este Parlamento, defendiendo cada uno nuestras propuestas políticas".

Egibar ancló en la Revolución Francesa y la Constitución de Cádiz de 1812 el inicio del conflicto vasco, con el jalón añadido de la ley de 1839, que los nacionalistas consideran la de la abolición foral. "De ahí viene todo lo que después conocemos", señaló.

Casi idéntico recorrido hizo Larrazabal en su debate con Mendia, que arrancó al parlamentario de EA el reconocimiento de que la aprobación del Estatuto en 1979 "sí fue un buen día". Mendia reiteró que es intención del Gobierno "culminar en esta legislatura el traspaso de todas las competencias" de un Estatuto que "ha tenido siempre enfrente a los enemigos de la democracia y la libertad, que han matado para destruirlo junto con la convivencia que representa".

El lehendakari sostuvo un intercambio agrio con la portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, a quien advirtió de que no consentiría la mínima sugerencia sobre una actitud de tolerancia del Gobierno con el grupo ultraderechista Falange y Tradición. "Constituye un insulto que no le voy a tolerar", advirtió. Ayer era la tercera vez que se discutía la cuestión, ya sobre la mesa la víspera y hace 15 días en una comparecencia del consejero de Interior. "Nada de silencio. Usted sabe que el Gobierno no se ha callado", dijo López, tras enumerar la apertura de investigaciones y las condenas a las pintadas ultraderechistas en el cementerio de Tolosa y el caserío de los padres de un etarra en Getxo, o el envío de una bala a la txupinera de Bilbao.